«¡Basta ya de esos padres que dicen 'es que son jóvenes, están en edad de divertirse'!»

OPINIÓN

ALEJANDRA DEL RIO

20 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo políticamente correcto

En estos tiempos, si opinas diferente en cualquier asunto (¡no vital, ojo!) te conviertes en persona enemiga, non grata y a veces merecedora de la hoguera social. Se hace realidad en cualquier reunión en la que se expongan los puntos de vista de los asistentes. Milagrosamente, a veces, todos los presentes tienen el mismo parecer. Y si uno discrepa de la mayoría, se convierte en foco de atención de color fosforito con alarmante sirena. Hagan la prueba. En los últimos años se establecieron unas reglas no escritas, pero conocidas por la mayoría de la gente, a base de repetirlas y publicarlas por todos los medios del poder, que son muchos. Aquella persona que no las acate, al menos de palabra, que es como se ve bien, queda excluida automáticamente de la sociedad biempensante y orwelliana actual. Todos ecologistas, deportistas, solidarios, pacifistas, siempre a favor de las vanguardias cualesquiera que sean... Lo de cumplirlas, depende, eso ya es otro nivel, ¿pero a quien le importa que se cumplan o no? Mientras no afecte a los bolsillos. En estos tiempos están con la más viva actualidad las divinas palabras de Valle Inclán. No pasa el tiempo por las miserias humanas. Se conservan perfectamente de un siglo para otro. El ser humano es el reservorio ideal para lo bueno y también para lo contrario. M. J. Vilasuso. As Pontes.

El porche de mis tíos

Cuando en el cole el hijo del policía fanfarroneaba con que su padre tenía una pistola, yo chuleaba con que mis tíos tenían un Ford Capri, que era el más molón de los coches deportivos de aquellos tiempos. Ahora, que ya se me ha pasado esa tontería infantil, no puedo dejar de presumir del porche de mis tíos. Pero cuando lo hago no me estoy refiriendo al último modelo de la prestigiosa marca alemana de coches deportivos, sino a la estructura de columnas de piedra y cubierta de madera revestida de tejas que te da la bienvenida a su casa.

Y es que el porche de mis tíos tiene algo mágico. Cuando me siento en él, creo escuchar las charlas amables de tantas sobremesas infinitas llenas de anécdotas, risas sin prisas y aguardiente casero de mi tío Juan. Y puedo sentir la paz de tantas noches cálidas y apacibles sin fecha de caducidad en las que nos refrescamos tomando unas cervezas con nuestros cuerpos todavía empapados de salitre y arena tras interminables tardes playeras.

El porche de mis tíos huele a buganvillas y gardenias y sabe a empanada de Noia y a tortilla de patatas, dos de las especialidades que borda mi tía Loli. Y sabe también a sardinas asadas con cachelos, a filetes empanados, a langostinos a la brasa, a arroz con leche y a mousse de limón.

Pero, sobre todo, sabe a gente buena que te reciben siempre como el mejor de los anfitriones y que te invitan a «echar una parrafada» sentándote a disfrutar de su maravilloso porche. Toné González Fernández. A Coruña.

A Coruña duerme

Empezaría saludando, como es costumbre cuando empiezas una conversación, pero son las 7 de la mañana y llevo un par de horas despierto gracias a los hijos de esta ciudad que no saben lo que es el respeto por los demás. Yo no tengo nada en contra de que las personas se diviertan y disfruten de su tiempo libre, pero del mismo modo deben ser respetuosas con las personas que están descansando después de una jornada de trabajo. ¡Basta ya! De los niñatos que salen borrachos gritando como si estuvieran solos, de los que compran comida y tiran los desperdicios en la calle, de los que orinan en escaleras, portales, garajes. Basta ya de defecar en entradas de aparcamientos o accesos que luego utilizan el resto de la gente. Y si se tiene que multar, que se multe, si hay que hacérselo limpiar, que se haga. Y si se tiene que cerrar un negocio a cuyo dueño tampoco le importa lo que pase de puertas para fuera, que se cierre. Y basta ya de esos padres que dicen «es que son jóvenes, están en edad de divertirse». David García Deber. A Coruña.

Masacres de cristianos

Creo recordar que Nigeria es el país más grande de África, el sexto más grande del mundo, con una población aproximada de 236 millones de habitantes, de los que el 10 % son católicos. Según cifras de la organización ACI África, en Nigeria son asesinados más creyentes, cristianos, por su fe que en cualquier otro lugar del mundo. Debería ser suficiente para que la comunidad internacional tomara medidas; para que todos, en la medida de nuestras posibilidades, alcemos la voz; y para que, en consecuencia, se termine de una vez por todas el ominoso silencio sobre las masacres de cristianos, especialmente en Nigeria, que, por desgracia, parecen importar a muy pocos. Jesús Domingo Madrid. Gerona.