Iglesia de derechas

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Eduardo Munoz | REUTERS

23 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni todos los republicanos españoles son de izquierdas, ni todos los católicos de derechas. Esto era más fácil de constatar hace un tiempo, cuando había teólogos de la liberación y curas galeguistas y obreros como el padre Seixas y en la política sobrevivían discípulos de Maura, personajes como García Trevijano y rumores de que Aznar toleraba regular a Juan Carlos y que en sus sueños más húmedos aspiraba a ser jefe de Estado con bodas de Estado como la de su hija Ana.

Pero, aunque ni todos los republicanos son de izquierdas ni todos los católicos de derechas, con los años se fue asentando la idea de que para ser ateo debías rezar al menos por Bakunin y que todas las averías de la Iglesia, como la discriminación de la mujer, su coraje homófobo o sus excesos clericales, eran incompatibles con una consideración progre de la existencia.

De ahí la confusión que ha generado el papa Francisco, al que curas de Toledo deseaban ya hace un año una muerte súbita que liberara al mundo de sus torceduras y que a estas horas es despedido con más adjetivos por una ministra comunista que por el líder del PP, partido que por estatutos se declara «la casa común de todas las familias democristianas».

La casualidad ha querido que la muerte de Bergoglio suceda en plena promoción del último libro de Javier Cercas, en el que, desde su ateísmo sobrevenido, tan parecido al de muchos con biografías contemporáneas a la suya y vicisitudes asimilables, trata de conseguir que el papa le confirme si la resurrección es también de la carne, como le dictaban a la madre del escritor sus convicciones católicas, puede que más inquebrantables que las del propio Francisco. Y es esa figura, la de un ateo que escruta los misterios de la Iglesia que decidió abandonar, la que puede que explique el misterio de Francisco, tan sospechoso para los que se creían suyos y tan deslumbrante por los que se creían de fuera.