
Es esta una imagen del signo y el sino de estos tiempos. Fieles y curiosos arremolinándose móvil en mano en torno al cuerpo presente de Francisco. Yo estuve en el velatorio del papa, te lo paso por WhatsApp y lo subo a Facebook y a Instagram. Inmortalizar el momento disparando fotos sobre el papa muerto. Una fúnebre ironía. Sí, de todo hay en la viña del señor. No parece la manera más estética de decir adiós, ni siquiera de decirle adiós a un papa tan particular como Francisco, que, vale, cosas infinitamente peores habrá visto de Milei, de Trump, de Putin o de Netanyahu. Él mismo no era un santo, al menos por ahora no. Una foto con el papa muerto. Acaso un acto reflejo, un impulso inevitable, llegado el momento a lo mejor uno no sabría cómo liberar tanta emoción, quizá cogiendo el teléfono, apuntando, y, bum, retrato. De saberlo, el papa a lo mejor decía «perdónalos, señor, no saben lo que hacen, y aunque lo sepan». Habemus foto. He aquí el signo y el sino de estos tiempos.