
Tiene un apellido casi tan difícil como tratar de averiguar qué sucedió el lunes en el que España y el presidente Pedro se quedaron a dos velas y una linterna de pilas. Aagesen, de nombre Sara, de padre danés, de formación ingeniera química, de actividad ministra. Aagesen, por obra y gracia del fotógrafo atrapada en una gráfica donde lo que toca fondo es su rostro presuntamente bañado en tristeza, aunque ella se haga la nórdica diciendo que el Gobierno actuó de 10 y Red Eléctrica ni te cuento. Aagesen, echando un cable a Beatriz 545.000 euros Corredor. Aagesen, el lunes ni en el rellano de su escalera sabían que era ministra y cualquier día forma parte de la curiosa nómina de miembros del Gobierno desenchufados. Aagesen. Después de lo visto y especialmente de lo no visto, quién sabe si sería más prudente llamar a su cartera Transición Ecoilógica. España. Nada como presumir de tener el mejor sistema eléctrico del universo para que se haga la oscuridad. Y se hizo.