«El eternauta», apagón y apocalipsis

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

Netflix

04 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

¡Queremos luz! La consigna se lee en el cartel de un manifestante en una ciudad de Buenos Aires que se precipita hacia el abismo. Ocurre en el primer capítulo de El eternauta. Las casualidades existen y, como subrayaba Murphy con sus leyes pesimistas, todo lo que pueda suceder, sucederá. Por eso, apenas 48 después del corte eléctrico que oscureció a España, se estrenó en Netflix esta anunciada serie argentina de ciencia-ficción, que pone en movimiento los trazos de la novela gráfica de Héctor Germán Oesterheld. De un mundo de finales de los cincuenta, su fecha de publicación, la historia traslada a una sociedad con teléfonos móviles y compras con reparto a domicilio, dependiente de las fuentes de energía.

Un repentino apagón pone en marcha esta ficción, pero aquí la falta de luz es solo el comienzo de algo peor. Es el primer indicio de un porvenir apocalíptico donde Ricardo Darín se ve a abocado a transformarse en héroe inesperado. A él y a sus amigos les basta con mirar a través de la ventana para tener un diagnóstico rápido de la situación. En la calle, los viandantes van muriendo suavemente por el roce mortal de una nieve tóxica que se precipita de pronto en pleno verano. Darín se enfunda una vieja máscara de buceo oxidada, se cubre con varias capas impermeables y sale rumbo a lo desconocido para buscar un hilo de esperanza.