Gobernar es decidir: la opa

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Quique García | EFE

06 may 2025 . Actualizado a las 11:29 h.

El presidente Sánchez se presentó en Barcelona en la reunión anual del Círculo de Economía catalán en un momento delicado. El ambiente estaba caldeado. Los presidentes del BBVA, Carlos Torres, y del Banco Sabadell, Josep Oliu, escuchaban desde la primera fila el sorprendente anuncio de Sánchez sobre la opa hostil del primer banco sobre el segundo que ha quedado en manos del Consejo de Ministros, tras el visto bueno de Competencia. No hizo falta llegar a las preguntas. El jefe de Gobierno anunció enseguida una consulta a los agentes sociales, sindicales y ciudadanos para que opinen sobre la fusión, antes de que termine el plazo de quince días que tiene para decir sí o no. La decisión del presidente sorprendió a los implicados, ya que no está previsto en la ley que el Ejecutivo consulte a los posibles afectados por las consecuencias de hacer desaparecer una entidad financiera mediante una opa y posterior fusión.

Un dato importante: no se dio esa consulta en ninguna opa bancaria anterior. Sánchez vuelve a entrar en tierra desconocida, como hizo con su retirada a meditar si seguía o no al frente del país. La tarea más importante de quien está al mando es decidir, sin necesidad de consultas que dilaten la evidencia y que oculten la oposición a que desaparezca el Sabadell que ya hizo pública, por ejemplo, su vicepresidenta Yolanda Díaz. Hay que tener coraje para gobernar. Si considera, como parte de su Consejo de Ministros o como dos de sus socios catalanes en el Congreso, ERC y Junts, que le permiten seguir en Moncloa, que debe frenar la operación económica, no necesita abrir este paréntesis inédito. Los bancos cotizan y dar paso a unos días de incertidumbre no va a ayudar. Las opiniones son conocidas.

La vicepresidenta Díaz ya dijo que daña el empleo y obligará al cierre de oficinas en distintos puntos del territorio español. Sánchez juega siempre con la sorpresa. Pero no tiene objeto dilatar la decisión. Es añadir niebla al caos, algo que es veneno para los balances económicos de los dos bancos y de todas las empresas grandes, pequeñas y medianas que tienen líneas de crédito y de trabajo con ellos. Es instalarse en la zozobra, como modo de actuar, el mismo día que defendía que un robo de cable era un acto de gran sabotaje. La RAE define sabotaje como «daño o deterioro que se hace en instalaciones, productos, etcétera, como procedimiento de lucha contra los patronos, contra el Estado o contra las fuerzas de ocupación en conflictos sociales o políticos». No parece que haya acertado con la comparación. Fue un acto de unos ladrones, no un ataque planificado al Estado. Sánchez es maestro en encontrar culpables. El lunes del apagón echó balones fuera y llamó empresa privada a Redeia, una compañía de la que el Gobierno tiene el veinte por ciento de las acciones y cuya presidenta es militante socialista, exministra socialista con Zapatero y concejala socialista con Sánchez desde sus tiempos en el Ayuntamiento de Madrid. Ahora recurre a una consulta para tomar una decisión en la que sabe que permitir que el Sabadell desaparezca en el BBVA enfadaría a Sumar, Junts y ERC. ¿Busca el presidente decir que sí o que no por personas interpuestas? Estar al frente del Ejecutivo es ejecutar, no marear.