Tampoco en el Vaticano hubo sabotaje

OPINIÓN

Marko Djurica | REUTERS

09 may 2025 . Actualizado a las 10:22 h.

Si el ministro Óscar Puente fuera cardenal, a las seis de la tarde de ayer en la plaza de San Pedro se estaría hablando de sabotaje súbito. Pero el rumor no hubiese llegado muy lejos: unos minutos después, por la chimenea de la Capilla Sixtina salía humo níveo. Con él se disipaba cualquier posibilidad de bloqueo entre trenes de purpurados. La fumata blanca cubrió de emoción la plaza de San Pedro. Emoción. Fumata blanca. Conceptos ya prácticamente ausentes del Congreso de los Diputados, donde los Puente, los Tellado o las Belarra se dedican a pontificar, citando a autores para demostrar que saben leer, mientras otros, suelen ser de Vox, cuentan ovejas en el único trabajo en el que dormir no está penalizado. Bien, la cosa es que salió Robert Prevost al balcón ya como papa León XIV y dirigió a la plaza y al mundo un llamamiento a «construir puentes mediante el diálogo». Como para irles con el cuento a Pedro y a Alberto. Políticos: tan por encima de lo divino y de lo humano.