Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha anunciado que deja definitivamente sus funciones en la Casa Blanca, donde el presidente Donald Trump le había encargado adelgazar la Administración, al frente del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental.
En una entrevista concedida a la CBS, Musk se manifestó decepcionado por el «enorme gasto público» que traerá la ley fiscal que tramitan los republicanos en el Congreso con el apoyo del presidente de Estados Unidos, que ya la ha calificado como «la gran y hermosa ley».
Mientras, el conflicto bélico sigue en Oriente Próximo, con el caos protagonizando el reparto de ayudas en Gaza. El resultado es que Israel está causando muchos muertos y heridos entre unos palestinos que buscan comida desesperadamente. La noticia más reciente es que, al parecer, Netanyahu le ha comunicado sus intenciones al jefe de Hamás en la Franja.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha urgido a la Unión Europea a fin de que «se movilice para detener la invasión ilegal de Netanyahu en la Franja de Gaza» y ha insistido en imponer sanciones a Israel. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, comunicó su intención de presentar «opciones» a los miembros de la UE sobre cómo responder a Israel en este trance.
Otro conflicto que no ha desaparecido del mapa, después de la frustrada mediación de Trump a comienzos de este año, es la guerra de Ucrania, que ahí sigue, pero de la que apenas se habla. El presidente de EE.UU. acaba de amenazar al líder ruso, Vladimir Putin, «con consecuencias si no pone fin a la guerra en dos semanas». Si no lo hace —manifestó Trump— «Estados Unidos jugará una partida diferente». Con lo cual seguimos sin saber a ciencia cierta qué ha querido decir.
Es así como el mundo de mueve, pero no sabemos bien en qué direcciones.