Evelyn Hockstein | REUTERS

14 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En un una lugar de internet donde se venden camisetas ofrecen una en la que aparece una bella joven que con una mano enjoyada y de largas uñas rojas hace una ostensible peineta. Debajo, la leyenda «Tariff this», que el anunciante traduce al español como «Arancela esto» para dar nombre a la prenda, que explica que es anti-Trump. Se emplea ahí un verbo, arancelar, que en España puede resultar chocante, pero que no lo es tanto en algún país con el que compartimos idioma.

Llevamos meses en que un día sí y otro también nos desayunamos con noticias sobre los cambiantes aranceles con los que el presidente de Estados Unidos pretende arreglar el déficit comercial de su país. Unas veces, Trump impone nuevos aranceles, otras los sube, alguna más los baja... en una montaña rusa que está creando la necesidad de dar con un verbo que simplifique expresiones complejas como establecer, poner o imponer araceles. Y resulta que ya había uno: arancelar.

 Alguien le preguntó en noviembre del 2021 a la RAE por arancelar, y la Academia contestó que es verbo bien formado, y que no es de uso común en el español general, pero se documenta especialmente en Argentina con el sentido de ‘imponer aranceles’. Efectivamente, en la prensa de aquel país encontramos títulos como «Trump arancela películas extranjeras», «Europa amenaza con represalias si Trump arancela las compras de autos», «Trump arancela productos argentinos» o «¡Trump arancela a pingüinos!». También la Fundación del Español Urgente se puso con el asunto y hace días concluyó que el verbo arancelar puede tener el sentido de ‘establecer o crear aranceles’.

 El Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936) ya recogía arancelar, aunque con el sentido de ‘tasar, graduar el precio de las cosas’. Lo ilustraba con esta cita de El orador cristiano: «Neciamente se engañan los que, arancelándole a la fortuna sus bienes, y al mundo sus glorias, beatifican a los que gozan éstos y poseen aquéllas».

 Ya puestos, ¿por qué normalizar también el adverbio arancelariamente, todavía sin nicho en los diccionarios? Lo empleaba la CEDA en su programa, durante la República, y hoy lo usan, y no poco, desde el Ministerio de Agricultura hasta empresas y otras entidades.