La injusticia de los justos

Teresa García Villanueva MAGISTRADA Y MIEMBRO DEL COMITÉ NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN JUDICIAL FRANCISCO DE VITORIA (AJFV)

OPINIÓN

Aviso en un juzgado de Lugo de la suspensión de juicios por la huelga de jueces y fiscales
Aviso en un juzgado de Lugo de la suspensión de juicios por la huelga de jueces y fiscales

04 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Los intentos por controlar al poder judicial se han repetido a lo largo de la historia. Ya en 1748 un tal Montesquieu, en su libro El espíritu de las leyes, hablaba de un sistema basado en la separación de poderes de manera que ninguno mandara sobre el resto y, a su vez, sirvieran de pesos y contrapesos los unos con los otros.

En los últimos diez años, uno de estos poderes, el judicial, parece que ha comenzado a resultar especialmente molesto para los otros dos y, como si se tratara de un hijo descarriado que necesita que lo aten en corto y lo metan en vereda, se ha puesto en marcha la maquinaria de las reformas legislativas urgentes —ahora resulta que todo lo que afecta a justicia es urgente— con el fin de debilitarlo y mermar la confianza de la sociedad en la Justicia.

El penúltimo anteproyecto de ley que se pretende aprobar, porque no será el último, permitirá estabilizar a 1.004 jueces y fiscales sustitutos que, sin haberse sometido a las duras pruebas de quienes acceden por el llamado turno libre, la oposición, lleven cinco años prestando servicios.

Esta nueva vía de entrada a las carreras judicial y fiscal afecta directamente a la calidad de la Justicia. Basta una simple lectura del texto y compararlo con el sistema actual para comprobar la gravedad de la situación porque, frente a quienes acceden por el turno libre, que emplean una media de cinco años de estudio y han de superar tres exámenes, las pruebas para la estabilización consistirán en la presentación de méritos y en la elaboración de un dictamen sobre un caso concreto. A ello hay que añadir que tampoco se contempla una fase de formación posterior similar a la que tienen quienes superan la oposición consistente en un año en la Escuela Judicial y otro año realizando funciones jurisdiccionales en un juzgado con un juez tutor.

La sociedad se merece una Justicia de calidad. No permitamos que esta injusticia se convierta en justicia.