Ciruelas, reductoras del apetito

Carmen Reija
Carmen reija DIVULGADORA SANITARIA

OPINIÓN

LUCIA CONCHADO

05 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Se conocen múltiples variedades de ciruelas, por lo que gustan a casi todo el mundo al ser posible elegir. Se recomienda su consumo en el momento de sazón, pero puede encontrarlas con diferentes procedencias y en distintos momentos del año en diversos puntos de venta. Botánicamente se denominan de manera genérica Prunus. Son frutos redondeados con una semilla interior no comestible. Presentan colores variados (amarillo, verde, violeta y rojo con diferentes gamas que resultan atractivas visualmente) en función de la especie a la que pertenecen.

 La variedad de consumo más común es Prunus domestica a la que pertenece, por ejemplo, la claudia reina. Actualmente se cultivan de manera intensiva en diferentes lugares del mundo y su procedencia debe estar descrita en la etiqueta de los envases que las contienen.

Se les atribuyen numerosas propiedades. Aportan minerales (presentan magnesio, fósforo, hierro y zinc, fundamentalmente), imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo a varios niveles. Combatirían el estreñimiento porque contienen fibra, xantinas y sorbitol que favorecerían la digestión y tienen efecto laxante.

Podrían participar en la absorción de hierro y contribuir a su aporte de manera natural. Presentarían capacidad antioxidante porque contienen betacarotenos (provitamina A) y vitaminas C, del grupo B y E que bloquearían los radicales libres formados por la actividad metabólica del organismo y que tienen efectos negativos para la salud. Debido a la presencia de fibra soluble en su composición se les atribuye la capacidad de reducir el apetito, reteniendo agua y facilitando la formación del bolo alimentario, lo que disminuye la velocidad de vaciado gástrico y prolonga la sensación de saciedad.

Son muy versátiles. La mejor opción es consumirlas al natural y bien lavadas bajo el grifo, combinando las múltiples variedades que puede diferenciar fácilmente observando su color. También se utilizan para cocinar y para preparar confituras, compotas, magdalenas, tartas y mermeladas (presentan una elevada concentración de pectina, considerada un espesante natural). Otra posibilidad es consumirlas deshidratadas, aunque resultan más calóricas.