
A falta de su aprobación en el Congreso, la reducción de la jornada laboral, de las 40 horas actuales a las 37,5 propuestas por el Ejecutivo, sigue siendo motivo de debate entre los agentes sociales. Discuten patronal y sindicatos sobre el impacto económico que, de salir adelante, tendrá la medida. Mientras que los primeros consideran que ese impacto será negativo en general, los segundos recuerdan que hoy ya los distintos convenios colectivos ofrecen esta posibilidad a miles de trabajadores en nuestro país. Y es cierto, ya que el Estatuto de los Trabajadores es el marco legal que regula las horas que hay que trabajar, pero son los convenios en los que, según la naturaleza de cada actividad, se establecen dichas horas. Muchos convenios colectivos ya habían pactado jornadas laborales inferiores a las 40 horas semanales establecidas como máximo legal en el Estatuto de los Trabajadores. Esta reducción es común en sectores con fuerte organización sindical o donde se han negociado históricamente mejoras laborales. Algunos son: el de la banca y cajas de ahorros (37 horas), el de telemárketing (39), el de grandes almacenes (38), el sector industrial (37-38) y el sanitario (35).
Si miramos las horas que trabajan los gallegos de estos y otros sectores, podría decirse que la nuestra es una de las comunidades con la jornada laboral más prolongada. Así, y según fuentes del Instituto Gallego de Estadística, en las industrias extractivas y en agricultura, ganadería, pesca y silvicultura se sobrepasan las 40 horas, con 41,7 en el primer ámbito y hasta 48,9 en el segundo. Hostelería, construcción y transportes rozan el máximo, frente a la educación (31,7) y el resto del sector servicios (28,7) que marcan mínimos.
El debate en Galicia es similar al del resto de España y también se reproducen dentro de las fronteras de nuestra comunidad las inquietudes de los trabajadores en relación al sueldo, la desconexión digital y otras cuestiones, como las que se reproducen a continuación:
¿Qué supone la modificación en horas de la jornada? En muchos casos, se requerirá renegociar los convenios para establecer condiciones de trabajo, especialmente en lo relativo a turnos, descansos, horarios flexibles y horas extra.
¿En qué sectores impactará más, de salir adelante, la reducción de las horas semanales de trabajo? El impacto será muy alto en agricultura y hostelería, por sus dinámicas, sujetas a necesidades de producción y climatología en el primer caso, y por temporalidad y demanda en el segundo. También se verán afectados, aunque en menor medida, la construcción, el comercio y el sector servicios.
¿Cambiará en algo la obligatoriedad de fichar en el registro horario digital de las empresas? Trabajo ha anunciado que reforzará la fiscalización y sancionará con más dureza a las empresas que incumplan la jornada legal o no lleven un registro correcto. La cuantía de las multas pueden ascender hasta los 10.000 euros por trabajador.
El derecho a la desconexión digital, ya existe desde 2018, pero se persigue su eficacia. Así, se podrá investigar mediante la Inspección de Trabajo y se prevé que la ley incorpore sanciones más severas si se incumple. Las empresas tendrán que establecer protocolos y políticas internas sobre cómo se garantiza la desconexión e incluir en ellos normas sobre el uso de móviles, correo y herramientas de mensajería fuera del horario de trabajo.