Si uno dice que a las rebajas van más las mujeres que los hombres y que en un partido hay rebajas de cargos para mujeres, es tildado de anti feminista, porque todo el que no es feminista es un machista, un misógino. Si uno afirma que un partido está cosificando a sus mujeres, es criticado por conjugar un verbo exclusivo de feministas auténticas. Mientras asistimos al oxímoron de un Tellado feminista en el Congreso del PP, cuando el partido ha mirado para otro lado en Ponferrada o Ferrol, el PSOE celebra su Comité activando el modo mujer.
Destacan las crónicas el protagonismo de las mujeres. En la calle Ferraz un grupo, mayoritariamente femenino, se manifiesta en defensa de Pedro Sánchez, coincidiendo con el grupo de ultras que se «hace oír» con su matraca cotidiana. Algunas confiesan que han dicho en casa que se iban de rebajas, pues todavía tienen que dar excusas para justificar sus desplazamientos. Son pocas y mayores, y echan de menos a su lado a chicas preocupadas por lo que pueden perder. Mientras, dentro, se suceden los discursos sobre corrupción y prostitución, como si fuesen equiparables. Se escenifica el escándalo por los acosadores propios y por el lenguaje soez de los puteros internos y se cargan las tintas sobre los puteros externos, cuando el partido lleva décadas sin tomar medidas contra la mafia de los clubes de alterne, lo cual levanta sospechas. Así que, mejor hablar del putero que del dinero. Se multiplica la oferta de cargos a mujeres en sustitución de hombres corruptos. ¿Se está convencido de su valía para regenerar la organización o es una operación cosmética? Se afirma que al partido le sobran mujeres valiosas. Si es así, ¿no hay ninguna para ponerla al frente del mismo? En su día (Congreso de Sevilla, 2012), hubo una oportunidad con Carme Chacón, pero el aparato se movió para que perdiera por un puñado de votos. Felipe González, Zapatero y Pepe Blanco le pusieron todas las pegas. Por entonces adalides del feminismo actual como Óscar López, Antonio Hernando y Pedro Sánchez eran los «chicos de Blanco». Si las mujeres no pueden acceder al cargo más alto, no dejan de ser floreros. ¿No consiste en eso la cosificación? Continúan las rebajas.