
E n la entrevista publicada el pasado domingo en La Voz, Alberto Núñez Feijoo dice que le ha encargado a Miguel Tellado «electoralizar» el Partido Popular. Ese verbo, inusual en España, ya aparecía el día 3 de este mes en informaciones de varios medios sobre ese objetivo de la dirección del PP. Desista el lector de buscar su significado en los diccionarios, pues no lo encontrará. Del contexto y de la forma de expresarse Feijoo se desprende que le da el sentido de poner a punto la maquinaria electoral del partido ante algunas elecciones autonómicas que se avecinan y la eventualidad de que se adelanten las generales.
Electoralizar está formado con el adjetivo electoral y el sufijo -izar, del que dice el DLE que «forma verbos que denotan una acción cuyo resultado implica el significado del sustantivo o del adjetivo básicos, bien por reducción del complemento directo a cierto estado, en los transitivos, como en carbonizar, esclavizar, impermeabilizar, bien por la actitud del sujeto, en los intransitivos, como en escrupulizar, simpatizar». Clarito para el profano.
Lo empleó Fernando Ónega en su artículo de La Voz del 19 de julio del 2007, en el que analizaba la dimisión que Josep Piqué acababa de presentarle a Rajoy: «El martes estuvo Ángel Acebes en Barcelona. Dijo que iba a electoralizar el partido». Acebes, secretario general nacional del PP, había decidido no contar con los hombres de confianza de Piqué para el comité de campaña del PP catalán para las elecciones generales.
Un segundo sentido con que se emplea electoralizar es el de ‘usar electoralmente’. Así lo utilizó el socialista Eduardo Madina en el 2011, pocos meses antes de que ETA anunciase que abandonaba la actividad terrorista y de que se celebrasen elecciones generales: «Nosotros hemos procurado no electoralizar este tema». Donde más se usa con ese significado es en Bolivia.
La tercera acepción del término es la que se le ha dado en México, donde se ha aplicado alguna vez a uno de los puntos claves de la reforma judicial, la elección popular de los jueces.
A la vista del creciente uso de este verbo, no estaría mal que los diccionaristas se ocupasen de él, lo que agradecerían no pocas personas.