Una joven prometedora

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

JUAN CARLOS HIDALGO | EFE

29 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La joven Noelia Núñez, aupada por la señora Ayuso en Madrid, fue nombrada por Feijoo vicesecretaria nacional del partido por su éxito en redes sociales. Esta influencer era diputada en el congreso y concejala en Fuenlabrada, pero hace unos días ha tenido que dimitir por haber mentido en su currículo reiteradamente.

Nada tengo contra esta mujer más allá de su afán por engañarnos y porque alguien que está a cargo del «reto digital» en el Partido Popular debería sospechar que en el mundo digital la mentira acaba emergiendo. Insisto en que no quiero hacer sangre con esta cuestión, pero me sugiere algunas consideraciones.

La primera es que no es necesario tener ningún título para representar a los ciudadanos, basta con ser honrado. Piensen en Marcelino Camacho, un referente moral que se ganó el respeto de todos y que era tornero fresador; lo que no se acepta es la mentira y menos la reincidencia.

La segunda es que cuando alguien miente y dimite, o le hacen dimitir, no hay que alabar su conducta: por una vez hace lo que debe. Si dimitir es un gran valor cuando te cogen «con las manos en la masa» exijamos a nuestros cargos públicos como requisito que mientan y después se larguen; el valor es decir la verdad y no disfrazarse de honrado cuando te pillan.

Pero la cuestión, en mi opinión es como la derecha trata a las personas en función de su cuna. Vaya por delante que estas cosas pasan en todos los partidos, aunque en unos más que otros, pero para que entiendan mi postura les pondré el ejemplo de la señora Irene Montero, que, sin ser santo de mi devoción, hasta donde yo sé no falsificó sus estudios. ¡No se alteren!

La joven ministra y diputada fue duramente criticada por haber sido «cajera de un supermercado». El juez Velasco afirmó: «Nos intentaron explicar qué es consentir... a un jurista, que llevamos desde el Derecho Romano sabiendo lo que es el consentimiento. Y mil cosas más que nunca aprenderá Irene Montero desde su cajero de Mercadona».

Seguro que el juez sabe de qué habla porque probablemente vivió en la época romana, pero no está de más recordar que doña Irene es licenciada en Sociología por la Universidad Autónoma de Madrid y que se pagó sus estudios con las matrículas que obtuvo y con su trabajo en un supermercado; humillante para la meritocracia de la derecha.

El problema de la prometedora joven popular es que ha entrado en política sin haber hecho nada. Creo que, con 23 añitos. Y el partido valora más el desparpajo que la formación, y los ejemplos sobran. Mi consejo a la derecha es que abandone el mantra de la meritocracia porque ellos nunca la han respetado; siempre salen con metros por delante, dopados. A la protagonista de este episodio le recomiendo que estudie y se convierta en una persona formada; es joven y les dará una alegría a sus padres, además de recuperar la autoestima. Lástima que el facherío la haya fagocitado tan rápido como tertuliana.