¿Por qué es tan difícil apagar las llamas?

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

BASILIO BELLO

20 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La destrucción que están provocando los incendios forestales en España, con especial incidencia en Galicia, podría clasificarse de apocalíptica. Las imágenes difundidas por los medios de comunicación estremecen.

El fuego es química. En concreto, el fuego (la combustión) es una reacción de oxidación muy violenta y exotérmica. Lo de exotérmica quiere decir que desprende calor. Intervienen dos ingredientes básicos: el combustible y el comburente. El combustible es el material que se quema, lo que arde, lo que se oxida. En un automóvil sería la gasolina, y en los incendios forestales, la madera de los árboles y otros restos de materia orgánica. El comburente es el oxígeno. Por eso es tan complicado controlar y apagar un incendio (un 21 % del aire es oxígeno).

Los combustibles son ricos en carbono e hidrógeno y sus enlaces químicos son muy fuertes y almacenan una gran cantidad de energía. Cuando se queman, los enlaces se rompen y se libera energía en forma de calor, por eso la reacción de combustión es exotérmica. Este proceso también genera radicales libres, unas sustancias muy reactivas que siguen rompiendo otros enlaces, amplificando la reacción, dando lugar a lo que conocemos como reacción en cadena. Como agotar el oxígeno (comburente) o el combustible en un incendio forestal es prácticamente imposible, los esfuerzos para apagar el fuego se centran en disminuir, en lo posible, la temperatura vertiendo agua.