Coraje y fe

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

ABIR SULTAN | EFE

13 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Sospecho que mataron a Charlie Kirk por lo que podría llegar a ser más que por lo que era. Quienes encargaron el asesinato —«Good job, soldier», escribió alguien en las redes— cometieron un error fatal. Ignoro si se trataba de un Estado extranjero que pretendía envenenar aún más la vida americana y acelerar o, simplemente, desestabilizar al Gobierno, como hizo en su día el movimiento Black Lives Matter, que incendió las ciudades y añadió en un mes 30 muertes a la del delincuente Floyd. Los seguidores de Charlie Kirk se cuentan por millones. Dicen que les instaba a la violencia con su manera de hablar, pero su reacción ha consistido en juntarse en los campus y en los grandes parques para rezar por su líder. Nada que ver. Solo los pobres diablos se sienten atacados por los rezos. Charlie Kirk no era un provocador y no merecía el lamentable obituario del New York Times, aunque lo retocaron luego. Tampoco merecía las barbaridades que llegaron a decir algunos comentaristas de televisión (varios ya despedidos) con el cadáver aún caliente. Ni, por supuesto, merecía las miserables manifestaciones de entusiasmo —también entre lectores de medios españoles— o que muchos mensajes de cuentas anónimas y pequeñitas marcaran los próximos objetivos. En un primer vistazo aparecen como principales candidatos Ben Shapiro y J. K. Rowling, que coinciden entre sí y con Charlie Kirk en una sola cosa: los tres se enfrentan al mundo woke, especialmente en los temas relacionados con la doctrina de género. Toda esta vergüenza se ha visto y movilizará a los mejores, para hacer realidad el nombre del movimiento que Charlie fundó con 18 años: Turning Point USA. Quizá ese «punto de inflexión» sea su asesinato.