Incendios forestales: no son de mi incompetencia

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

Santi M. Amil

18 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Para muchas personas es difícil entender la disputa sobre lo ocurrido con la ola de incendios de este verano, aunque las competencias están muy claras. A grandes rasgos, los trabajos de extinción de los incendios de nivel 1 (prealerta), en general, corresponden a las entidades locales y a las comunidades.

Si las características del fuego superan su capacidad de gestión, pasa al siguiente nivel, el 2 (alerta) y se hace cargo la comunidad autónoma en colaboración con el Estado. Cuando el incendio aumenta su peligrosidad y la comunidad considera que no tiene capacidad para afrontarlo, solicita al Gobierno el nivel 3 (emergencia). Esto supone un cambio en la dirección y gestión de los trabajos de extinción.

Puede gustar más o menos, pero es así, y ninguna comunidad solicitó en agosto el nivel 3, no sabemos si porque estaban de fiesta o para no aparecer como unos incompetentes. En cualquier caso, para que algún despistado, y algunos políticos, entiendan esta estructura les pondré un ejemplo que nos resulta más familiar.

Manolo estaba cortando chuletones y se le fue la mano, en sentido estricto; sangraba abundantemente y su mujer decidió llevarlo al centro de salud del pueblo (nivel 1). No había reparado en que cerraba a las 5 de la tarde y las guardias de urgencias se trasladaban a un centro de salud especializado con más médicos y más recursos técnicos (nivel 2).

Varios doctores estaban de vacaciones, por lo que el centro estaba bajo mínimos, pero aun así Manolo fue atendido. El médico que lo trató consideró necesario hacerle una prueba radiológica y coser la mano, sin reparar en que en ese centro no eran posibles ambos procedimientos por falta de médicos especialistas, por lo que informó al director.

El titular en funciones, el doctor Muñones, se negó a trasladar a Manolo al hospital (nivel 3) y solicitó al área sanitaria el envío inmediato a su centro de: seis radiólogos, tres cirujanos plásticos, seis enfermeros, cuatro ambulancias, doce traumatólogas, seis tomógrafos y un helicóptero. A la mañana siguiente, como sus peticiones no se habían atendido, puso el grito en el cielo, pero Manolo ya era manco y nunca volvería a cortar chuletones.

Si ustedes creen que la culpa de que Manolo se quedara manco es del hospital están en su derecho, pero, en mi opinión, el responsable es el doctor Muñones, que en el caso de los incendios son los presidentes de las tres comunidades del PP: Extremadura, Castilla y León y Galicia.

¿Cómo pueden pensar que dejamos quemar nuestros bosques?, se preguntaba uno de los presidentes autonómicos. Pues no, no lo pensamos, porque no hay que atribuir a la maldad lo que puede ser explicado por la incompetencia. Por cierto, a Manolo le han dado una incapacidad parcial. Yupi.