Pocos días después de embolsarse un puñado de premios Emmy por Adolescencia, que se suman al aplauso mundial hacia esta serie que tanto inquieta e incomoda, Netflix vuelve a inclinar su mirada hacia esta edad rebelde y contestataria que algunas veces pone las vidas patas arriba. Incontrolables, que se ha colocado enseguida entre lo más visto de la plataforma, gira de nuevo en torno a chicos conflictivos pero desde un tono y un género diferentes. En este caso se trata de un thriller de misterio sobre jóvenes que no encajan en los esquemas sociales, pero que se presentan como víctimas de unos adultos que tienen muchos secretos que ocultar.
«A veces los padres no controlan a sus hijos y tiene que llegar otra persona para ayudarlos». Esa persona es la turbadora directora de un reformatorio sectario para menores con problemas interpretada por Toni Collette. Su sólida presencia es el punto fuerte en esta historia de enigmas con un punto de telefilme. Transcurre en un pueblo aparentemente idílico y liberal al que llega un joven matrimonio intentando dejar atrás «lo que pasó en Detroit». Son nuevos en el lugar, pero todo el mundo parece conocer su historia. Una nueva trama en la que todo el mundo tiene un pasado y nadie es lo que parece, concebida para consumirla de un atracón.