Sin presupuestos y sin mayoría

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

TOLGA AKMEN | EFE

29 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

No será la corrupción en su entorno quien haga caer al actual presidente del Gobierno. Podrían procesar a todos sus ministros (sus familiares más próximos ya lo están) y no pasaría nada: se trataría simplemente de lawfare. Se trataría de la derecha y la ultraderecha que conspiran para que algunos jueces se sitúen del lado incorrecto de la historia (la expresión «el lado correcto de la historia» me produce sofoco, por totalitaria). Claro que hay jueces o magistrados o fiscales espléndidos, fundamentalmente aquellos que procesan a los miembros de la derecha y la ultraderecha. Yo no sé a qué esperan, la derecha y la ultraderecha, para obviar asuntos nimios y centrarse en lo único relevante para que se convoquen elecciones: es preciso convocarlas porque el Gobierno no puede gobernar, sencillamente. La negativa de Podemos a apoyar la cesión de competencias en inmigración a Cataluña, pactada con Junts, ha sido la gota que colma el vaso. Es imposible que Podemos y Junts, al unísono, puedan apoyar al actual Gobierno. Sus intereses son contrarios. Y ahora mismo el objetivo de Podemos es confrontarse con Sumar y PSOE. Por tanto, la legislatura es imposible. Si a esto añadimos que los presupuestos prorrogados no serán aprobados por tercer año consecutivo («sin presupuestos, Mariano Rajoy debe dimitir», decía Sánchez), concluimos que el cuento se ha acabado. ¿Se ha acabado? Ha dicho que se presentará de nuevo en el 2027, no antes. Claro que su relación con la verdad no es la idónea.

En cualquier democracia avanzada, lo que sucede en España sería inadmisible. Aquí ya todo da igual. El relativismo moral al que hemos llegado resulta insoportable. La evidencia o la mentira han dejado de importar. Importa el relato, que es siempre o casi siempre una ficción. Es preciso convocar elecciones no por toda la inmundicia que observamos, aunque también, sino porque es imposible gobernar sin mayoría. Y Sánchez, ahora mismo, no la tiene. Sin embargo, parece que nada hace mella en el presidente. Procesado «su» fiscal general del Estado, ¿y qué? Procesado su hermano, ¿y qué? En la cárcel, su última mano derecha (Santos Cerdán), e imputado, su anterior mano derecha (José Luis Ábalos), ¿y qué? Su esposa, ante un jurado popular, ¿y qué? Las pulseras antimaltrato no funcionaron y aquí no dimite nadie, ¿y qué? Podría seguir, pero el relato ocuparía demasiadas líneas. Todo lo que pueda escribir en torno a la mugre que observo, que observa cualquier persona que siga la actualidad, es insuficiente para la convocatoria electoral inmediata. Pero llegará un momento en que su imposibilidad de gestionar la Administración pública, porque carece de una mayoría fiable, ahogará la legislatura. Y contra ello nada puede hacer. Seguirá, pero ¿hasta cuándo? Esa es la pregunta. Mientras, se abrazará a cortinas de humo, una tras otra. Por encima, el poder al que se aferra. Por debajo, los ciudadanos. Somos los que menos importamos.