La verdad sobre Begoña

María Pereira López
María Pereira López MIEMBRO DEL EQUIPO DE INVESTIGACIONES POLÍTICAS DE LA UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

OPINIÓN

Ballesteros

03 oct 2025 . Actualizado a las 11:39 h.

El caso de Begoña Gómez se ha convertido en uno de esos en los que, aunque casi ninguno entendemos, todos tenemos opinión, y certeza total sobre lo que opinamos, pero casi todos nos alimentamos más de las declaraciones de los políticos y del sensacionalismo de los titulares que del contenido objetivo de las noticias, si es que en nuestro tiempo queda algún resquicio para hablar de objetividad.

Días atrás, mientras explicaba a mi madre lo complicado que había sido para un colega acreditarse como catedrático, una amiga de ella presente me comentó, comparando, lo fácil que había sido para Begoña Gómez, sin tener una carrera superior, con solo ser la mujer del presidente del Gobierno. Cuando le dije que Begoña Gómez no era catedrática, casi iniciamos una discusión, hasta tal punto llegaba su seguridad y su contrariedad por lo que le decía.

Ni siquiera es votante del PP o de Vox, es una mujer que ha votado a varios partidos y no es fanática de ninguno, pero en la desinformación de nuestro tiempo ha llegado a creer que la Universidad Complutense había hecho a la mujer del presidente catedrática sin ningún otro requisito, porque nadie le había informado nunca de la diferencia entre ser catedrático de universidad y coordinar o gestionar una cátedra institucional.

Es imposible, para mucha gente de nuestro entorno, saber de Begoña, tener información clara y precisa de lo que está pasando, es más, incluso para los que buscamos contrastar la información, la mayoría de las veces es imposible tener una visión no sesgada de la misma.

Tanto el PP como Vox presumen en sus comunicados de haber conseguido que Bruselas detectara supuestas irregularidades en los contratos en los que supuestamente, el juez Peinado, involucra a Begoña Gómez. Falta aclarar dos cosas, a saber, si dichas presuntas irregularidades son tal, cosa que pudiera parecer, y si son específicas y exclusivas de esos contratos, cosa que no parece.

Y como lo que es ha perdido espacio para cedérselo a lo que parece, cosas del qué dirán, la batalla que se está produciendo no refiere tanto al resultado final sino a cuántas bajas dejamos en el proceso.

Ahí el Partido Popular, con el inefable acompañamiento del juez Peinado, está más fuerte que el PSOE. Por alguna razón, el aparato mediático de la izquierda ha perdido pie y protagonismo para cedérselo a la derecha. Y por eso no entiendo, que en este momento en que la señora Gómez se había convertido en un filón para el PP, y podría abrirle una brecha a un PSOE y a una oposición cansados de defender a la mujer del jefe, vaya el alcalde de Madrid y se meta en el tema del aborto para dar un nuevo balón de oxígeno a la izquierda.

No creo que Almeida se haya metido en esto sin que forme parte de un plan, incluso puedo pensar que una mente, brillante por veces, distribuya roles para acercarse a tal o cual electorado y a él le haya tocado el fango. Pero lo cierto es que cada vez que el PP encuentra una vía de agua en el PSOE va y se mete un cañonazo en la línea de flotación.