El presidente de Finlandia, Alexander Stubb, ha manifestado que «es motivo de optimismo que Donald Trump esté perdiendo la paciencia con el líder ruso Vladimir Putin». En este sentido, el presidente de Estados Unidos ha expresado con claridad que sus conversaciones con el líder ruso «son muy agradables, pero luego los misiles explotan por la noche». Lo cual quizá significa que Trump está perdiendo la paciencia con el líder ruso.
Stubb es uno de los pocos líderes europeos con hilo directo con la Casa Blanca. Su país, que solo tiene seis millones de habitantes, suma la mayor frontera de Europa con Rusia. Según sus declaraciones, Putin estaría empezando a sentir la presión, porque su economía no está yendo bien. Y tampoco ha podido negar la independencia y la soberanía de Ucrania, en una guerra que todavía sigue.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha ofrecido a Europa la experiencia de su país frente a los drones rusos y ha desarrollado toda una industria propia para combatir al Kremlin con tácticas de guerra del siglo XXI. Lo que equivale a sumar sus especialistas y su tecnología. A la vez que se propone construir en Europa un «escudo conjunto» contra las amenazas aéreas rusas.
En más de tres años de guerra contra los invasores soviéticos, Ucrania —con la ayuda económica de sus aliados occidentales— ha ampliado su ejército y ha desarrollado toda una industria tecnológica de drones para combatir al Kremlin.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha denunciado un nuevo incidente con un barco ruso en el Báltico, lo cual, dijo, es «otra fase de la guerra tácita que tenemos con Rusia, con incidentes nuevos en nuestra región». Una situación que no tiene visos de mejorar en el corto plazo.