Maneras de enterrar

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira SIN COBERTURA

OPINIÓN

Andrés Rodríguez | EUROPAPRESS

07 oct 2025 . Actualizado a las 10:26 h.

Para Pedro Sánchez hay socialistas de primera y de segunda. A Javier Lambán lo despachó con un tuit y la escueta presencia, casi forzada, de Pilar Alegría, la antigua discípula del barón aragonés, al que traicionó para ocupar su lugar y satisfacer al inquilino de la Moncloa, harto de la coherencia del expresidente cuando tocaba hablar de las afrentas en forma de cesiones a los catalanes.

A Lambán no le convencían ni la amnistía, ni los indultos, ni el expolio de Sijena, ni mucho menos la quita y el cupo catalán. Guillermo Fernández Vara coincidía en todo con él. Hasta en el apoyo a Susana Díaz. Pero perdió las elecciones del 2023, posiblemente en buena parte por todas esas cesiones que también perjudicaban a los extremeños. Y su bonhomía le llevó a pactar con el que un día fue su rival, Pedro Sánchez, y aceptó entrar en su ejecutiva para dar una falsa imagen de reconciliación entre las familias socialistas.

Vara tiró de su conocida querencia hacia el barcelonismo y apagó los decibelios de todas sus críticas. Esa rendición le valió para que su candidato perdiera las primarias regionales. El maldito cáncer le evitó tener que responder de algunos de sus errores. Y en la hora del último adiós, Pedro, a diferencia de lo ocurrido con Lambán, le ha obsequiado con un par de artículos dictados a sus amanuenses y un séquito de ministros. A Lambán le regatearon hasta los aplausos en la concesión de una medalla póstuma. Son maneras de enterrar.