«Me detuve ante lo que fue mi casa y rompí a llorar desconsolada. Todos mis recuerdos son ahora polvo». El reportero de France Press entrevistaba a Raja Salmia, que regresaba a Gaza desde el sur de la Franja y se encontró una ciudad devastada, destruida. Un 82 % de sus 41.000 viviendas se han convertido en montañas de escombro. Más de medio millón de gazatíes iniciaron, tras el anuncio del alto el fuego, el camino de regreso a la capital de Palestina. Antes de la respuesta israelí a la salvaje agresión de Hamás, Gaza tenía 670.000 habitantes, escuelas y hospitales, de los que no queda más que una memoria bombardeada como la ciudad, como los 70.000 muertos causados por la represión bélica del Goliat israelí frente al David palestino que causó la muerte a 20.000 niños.
Salmia buscó su casa, llevó consigo en un destartalado camión sus objetos más preciados: seis viejos colchones, un frigorífico, un gigantesco bidón de agua potable, mantas, ollas y sartenes, ropa y un par de retratos ( la foto de sus padres y del día de su boda). En el renqueante automóvil viajaban hacinados doce miembros de dos familias; los viejos ocupaban un lugar de privilegio. Habían sobrevivido a tres guerras, eran el testimonio de lo que fue un pueblo sufriente, castigado a ser diezmado desde la implantación del Estado judío en 1948.
A Salmia le habían matado dos hermanos y un sobrino. Una bomba, acaso un misil, acabó con ellos mientras corrían a refugiarse. Camino de vuelta, la ruta del dolor y de la desolación. Se vive un alto el fuego en el fin de una guerra con multitud de incógnitas, de preguntas en el viento, de respuestas incompletas, camino de la desesperanza, vísperas de un final cien veces pospuesto, cien veces aplazado. Después de que el mundo libre invierta en Gaza los primeros 50.000 millones de dólares quizás se inicie el diseño de un resort de lujo. Sobre las ruinas de un pueblo volverá la especulación capitalista. Será otro camino de vuelta construido sobre el dolor de cientos de Salmias, de mujeres palestinas que perdieron su hogar y su país.