La presbicia feliz de Pedro Sánchez

OPINIÓN

Mariscal | EFE

31 oct 2025 . Actualizado a las 12:29 h.

El hombre llega al «circo» de investigación del caso Koldo, se acomoda en la silla destinada a comparecientes y se dispone a responder a los grupos políticos. En argot periodístico, la expectación es máxima. Pedro apoyará sus argumentos con la lectura de notas escritas en unos folios, con perdón. Ocurre que la noticia está donde menos se la espera: sobre la mesa, al lado de un móvil acaso no jaqueado, reposan unas gafas Dior. El estadista hace uso de ellas, haciendo ver que estamos ante un présbita, dícese de quien sufre un defecto óptico caracterizado por la visión confusa de los objetos cercanos. Como sugiriendo que cómo diablos iba a ver él las chistorras con las que se paseaban los sujetos Koldo, Ábalos y Cerdán por las estancias ministeriales si por no ver no ve ni un burro a tres pasos. He aquí la comparecencia alegre del resiliente Sánchez. Señorías, hay gafas que valen más que mil palabras. Qué culpa tendrá él de que el poder desgaste hasta las pupilas.