El físico alemán Max Plank puso patas arriba la física clásica al establecer que la energía no crece de un modo continuo, como dice la física de Newton, sino que lo hace a saltos, a cuantos de energía.
La teoría cuántica recibió un espaldarazo importante de Einstein. Asumió que los cuantos de energía de Plank eran reales y podían aplicarse a las radiaciones electromagnéticas, siendo el cuanto de ellas el fotón. Einstein publicó en 1905 un trascendental artículo en el que explicaba el efecto fotoeléctrico, en el cual la radiación ultravioleta, al incidir sobre determinadas superficies metálicas, arranca electrones que dan lugar a electricidad. Por esta explicación, Einstein recibió el Premio Nobel de Física.
El cuanto se adornó con el Principio de Incertidumbre de Heisenberg: hay una cierta incertidumbre en la localización de una partícula, que deriva en el efecto túnel (las partículas pueden atravesar barreras de energía) y en los gatos que pueden estar vivos o muertos al mismo tiempo.
La física cuántica está en el primer plano de actualidad, por la concesión del Nobel de Física de este año. Hasta hace poco, los fenómenos cuánticos aparecían solo en el mundo de las partículas elementales. Los galardonados han demostrado que los fenómenos cuánticos pueden observarse en dispositivos suficientemente grandes que posibilitan su manipulación y, por lo tanto, la consecución de ordenadores cuánticos reales.