Espíritu «vitorino» frente a la situación límite de la Justicia

Sergio Oliva Parrilla PORTAVOZ NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN JUDICIAL FRANCISCO DE VITORIA

OPINIÓN

CGPJ | EFE

07 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En medio de una situación límite para la Justicia avanza la implantación de los tribunales de instancia previstos en la Ley Orgánica 1/2025, de 2 de enero, de medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia. Se anunció como una transformación histórica, pero se ha diseñado desde la soberbia y sin escuchar a quienes cada día servimos a la ciudadanía. Lejos de aportar orden, está sembrando el caos y va camino de provocar el mayor destrozo organizativo de la Administración de Justicia en nuestra democracia. Cambiar estructuras sin inversión es sustituir irresponsable y caprichosamente un problema por otro mayor.

A esta reorganización se suma una creciente carga de trabajo que precariza hasta la asfixia nuestra labor diaria. Galicia lo refleja bien: en el 2023 la tasa de litigiosidad fue de 129,2 asuntos por cada 1.000 habitantes; en el 2024 ascendió a 145,7 y, si continúa el ritmo de los dos primeros trimestres del 2025, cerrará el año en un 157,4. Es un incremento nunca antes visto, que demuestra el esfuerzo y la entrega de los jueces. Pero el volumen de entrada es tan alto que resulta imposible atender cada caso como merece. Detrás de cada cifra hay jueces al límite, funcionarios desbordados y un ciudadano que ve quebrado su derecho a la tutela judicial efectiva.

Estos problemas se agravan en un contexto en el que la independencia judicial está en peligro. Cuarenta años después de la fundación de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV) seguimos reclamando que los jueces deben elegir de forma directa a los doce vocales judiciales del Consejo General del Poder Judicial —de los veinte existentes—, mediante un sistema que garantice una amplia representación de la carrera judicial. En un sistema en el que los partidos deciden quiénes serán vocales, no sorprende que la voz de la AJFV no interese. A pesar de ser la segunda asociación en número de asociados, no tenemos vocales en el CGPJ porque representamos la independencia que el sistema prefiere silenciar.

Los últimos acontecimientos en el CGPJ son el reflejo más evidente de un modelo agotado. Las posiciones ideológicas han sustituido al sentido institucional y la lógica partidista ha colonizado el órgano que debería garantizar la independencia de los jueces. Un consejo concebido en clave de cuotas ideológicas no puede actuar con neutralidad. Y esta naturaleza consustancial se traduce en que la afinidad asociativa pesa más que el mérito y la capacidad: de más de un centenar de nombramientos, casi tres cuartas partes han recaído en miembros de dos asociaciones que juntas no alcanzan ni al 35 % de la carrera judicial. El efecto es devastador: trunca las carreras de quien no se presta a participar en el siniestro reparto de cromos y degrada hasta límites insospechados la credibilidad del propio poder judicial.

Ante este escenario, la AJFV celebrará los días 12, 13 y 14 de noviembre en A Coruña su XXXIX asamblea general. Nuestra asociación es asamblearia: la voz y el voto de un magistrado del Supremo valen lo mismo que los de cualquier juez recién llegado a la carrera judicial. Esa igualdad refleja la forma en que entendemos la Justicia: como servicio a la ciudadanía, prestado por jueces independientes y comprometidos.

La AJFV es la voz libre que recuerda que, sin una organización judicial eficaz, jueces con cargas de trabajo asumibles y un CGPJ independiente de injerencias políticas, no hay justicia posible.

Cuando el ruido institucional intenta tapar las voces libres, conviene recordar a Rosalía de Castro: «As palabras escapan, pero o silencio permanece». Porque la justicia no puede ser silencio. Y los jueces vitorinos seguiremos hablando con la convicción de que solo una justicia independiente protege de verdad los derechos de la ciudadanía. A Coruña, alma galega e corazón vitorino.