La gripe aviar, un problema de salud grave para las aves

Juan José Badiola
Juan José Badiola CATEDRÁTICO EMÉRITO DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA. CENTRO DE ENFERMEDADES TRANSMISIBLE EMERGENTES, FACULTAD DE VETERINARIA

OPINIÓN

Eliseo trigo | EFE

13 nov 2025 . Actualizado a las 09:34 h.

En los últimos tres años está ocurriendo una auténtica panzootia de gripe aviar que ha provocado la aparición de múltiples brotes en muchos países del mundo. El responsable es el virus influenza tipo A H5N1, catalogado como de alta patogenicidad, lo que significa que causa una enfermedad grave en las aves que con frecuencia provoca su muerte. Desde el inicio de la panzootia se han registrado brotes de la enfermedad en la mayoría de los países europeos en aves silvestres y domésticas de granja, aunque en mayor número en las primeras. La cifra de brotes ocurridos ha variado de un año a otro.

Los brotes de gripe aviar están directamente relacionados con las migraciones periódicas anuales que realizan las aves silvestres desde la zona centro-occidental del continente africano, donde habitualmente invernan. En primavera la abandonan para dirigirse hacia el norte de Europa, donde llevan a cabo su actividad reproductiva y, una vez finalizada, inician el viaje de retorno a las áreas de invernada africanas. En esos viajes cubren largas distancias, por lo que necesitan realizar varias paradas para descansar, comer y beber. Como la mayoría de esas aves son acuáticas, suelen hacerlo en lagos, lagunas, pantanos, ríos, deltas, estuarios, etcétera. Estos desplazamientos masivos de aves y sus paradas son los principales responsables de la propagación de los virus de la gripe aviar, que son transportados principalmente por las aves acuáticas, infectando a través de las heces y otras secreciones a otras aves silvestres y, si tienen acceso directo o indirecto, a aves domésticas. Por ello, cuando en una de las zonas descritas se detecta un numero inhabitual de aves enfermas o muertas, debe considerarse la posibilidad de que se trate de un brote de gripe aviar, por lo que se deben recoger muestras de animales enfermos o muertos, en condiciones apropiadas de seguridad para evitar contagios, y enviarlas lo más pronto posible a un laboratorio especializado que confirme o descarte la sospecha.

Es prioritario extremar las medidas de bioseguridad para evitar que el virus de la gripe acceda a una granja de aves (ponedoras, de cría o de producción de carne) y reproduzca el brote en esta, lo que el avicultor puede sospechar por el descenso súbito del consumo diario de pienso y agua, así como de la puesta de huevos en su caso, y la presencia de animales enfermos con síntomas compatibles con la gripe aviar y de aves muertas. El avicultor debe comunicarlo inmediatamente a las autoridades de sanidad animal, que procederán a adoptar las medidas establecidas, como el cierre e inmovilización de la granja y el sacrificio de todas las aves. El granjero debe adoptar medidas de autoprotección para evitar el riesgo de infección, que en cambio es extremadamente bajo para la población en general, pues ningún producto de esa granja puede salir de ella para su comercialización en el mercado alimentario.