En 1972 me incorporé a la cátedra de Física y Química del instituto de Carballo. El curso siguiente me ofrecieron un puesto de trabajo en el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Santiago. Decidí probar, dejando a mi familia en Carballo mientras yo viajaba a Santiago. En uno de esos viajes, a la altura de Santa Comba, un guardia civil me dio el alto. Me preguntó a dónde iba y me dijo si podía llevarle. Naturalmente que sí. Por el camino charlamos de muchas cosas y una de ellas fue el motivo de su estancia en la zona. Había estado informándose sobre los moinantes, un grupo de familias asentadas en la zona de Carballo que hoy, en su gran mayoría, se dedican a la venta ambulante.
El guardia civil me dijo una frase que todavía recuerdo: la información es la base del servicio. Por eso había estado tratando de enterarse sobre los problemas surgidos en esas fechas con los moinantes, y llevaba su información en una carpetilla con gomas.
Es curioso, pero el trabajo de ese guardia civil ha sido el precursor de la actual UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil), una división de élite que investiga la delincuencia grave y organizada a nivel nacional e internacional. Estos días está dando cuentas de lo bien que trabaja. Salvando las diferencias y los medios empleados, no debemos perder de vista que todo empezó con un guarda civil y su carpeta.