Ayer informó La Voz que el coronel Rafael Vicente Yuste Arenillas, máximo responsable de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, dejará la jefatura de esta estructura policial en el momento álgido de las investigaciones que salpican al Gobierno, al PSOE y al entorno familiar de Pedro Sánchez. «El Ejecutivo (cuenta el periódico) decidió ayer acelerar su ascenso en esta coyuntura clave de la legislatura y el Consejo de Ministros, según fuentes del Gobierno, aprobará su promoción a general de brigada, lo que le apartará inmediatamente de dicho cuerpo. Ahora, Fernando Grande-Marlaska deberá poner al frente de esta unidad a un nuevo mando elegido entre los alrededor de 150 coroneles del instituto armado».
Podríamos jugar a ser ingenuos y pensar que al Gobierno de España le ha entrado una prisa enorme en ascender a Yuste por sus grandes méritos en las investigaciones que dirige y que afectan muy directamente al presidente. O podríamos ser unos desconfiados y pensar que estamos ante un nuevo uso espurio de las normas y que Marlaska se lo está quitando de en medio por la vía de apremio.
Hay que reconocer que Rafael Yuste Arenillas ha cumplido con los requisitos necesarios para ser ascendido a general. Pero, según informaron ayer diversas fuentes, el ascenso ha sufrido una aceleración innecesaria, dado que lo normal es que no se produjera antes del 1 de julio del próximo año. Algunos medios, como El Confidencial, profundizan en la situación y aseguran: «El movimiento provocará que el hasta ahora jefe de la UCO pase automáticamente a otro destino, dejando un vacío en la unidad anticorrupción que deberá cubrir un nuevo mando. Como reveló el diario digital el pasado mes de junio, el Ejecutivo de Sánchez estaba preparando el ascenso de Yuste para camuflar su salida como un supuesto premio y, al mismo tiempo, encomendar la jefatura de la UCO a otro oficial de la Guardia Civil teóricamente más permeable a las presiones e intereses del Gobierno».
La información es verosímil y da la razón a quienes llevan años acusando a Sánchez de que desde que es presidente del Gobierno se ha afanado el colonizar las instituciones del Estado, bien sean el Tribunal Constitucional, la Fiscalía, el CIS de Tezanos... No es que Pedro Sánchez sea la reencarnación de Maquiavelo, pero ha demostrado con sus obras sobradamente que el fin sí que justifica los medios. Así se entienden mejor todas sus acciones al frente del Gobierno, incluidos sus famosos cambios de opinión. Aquí de lo que se trata es de mantener el poder, porque gobernar hace tiempo que apenas puede.
El caso del responsable de la UCO nos pone de manifiesto a qué nivel hemos llegado en España, donde cualquier cosa puede pasar y donde estamos acabando con el crédito de todas nuestras instituciones. Pero mientras no se demuestre lo contrario, Rafael Yuste es un magnífico profesional que no se ha casado con nadie en el transcurso de sus investigaciones. Quitárselo de en medio huele muy mal.