El porno de la discordia

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos O BARCO

OURENSE

PILI PROL

21 ene 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

?l dueño de un videoclub de O Barco tuvo que acudir al Juzgado de Instrucción para intentar recuperar unas cintas de video retiradas por varios jóvenes del cajero automático. El hombre primero probó a ponerse en contacto con los morosos. Con alguno de ellos sin resultado, y al final optó por la vía judicial. Los tres encausados se quedaron en dos. Ayer, en la vista celebrada en el juzgado barquense, el dueño del establecimiento retiró la denuncia contra uno de los tres jóvenes después de que éste devolviera las cintas. No fue el caso de los otros dos. El fiscal pide para Carla D.T. y para Hugo L.L. la misma pena. Solicita para cada uno de ellos el pago de una multa de 180 euros como presuntos autores de una falta de apropiación indebida. Si la tecnología y la memoria del cajero automático no fallan, Carla retiró el 8 de noviembre del 2001 dos películas. Los títulos: «Torrente 2. Misión en Marbella» y «Trece días». Desde ese momento el dueño del cajero no volvió a saber nada de las cintas. Parece que Hugo tenía diferente gusto cinematográfico. Las cintas con las que supuestamente se quedó estaban rotuladas con los sugerentes títulos de «Placer perverso I» y «Pequeñas golfas». Las dos fueron retitradas el 24 de diciembre de 2001 con un carné de usuario a nombre de Hugo. Tanto él como Carla eran socios del videoclub. El fiscal solicitó también que cada uno de ellos pague el importe de las películas al propietario del establecimiento, así como los gastos de alquiler acumulados hasta la fecha. El dueño del videoclub declaró que había hablado con Hugo hace unas semanas y que éste le prometió pasar por la tienda para pagarle las películas, pero que no lo hizo. Al final, a los dos jóvenes, la afición puede salirle muy cara.