Es sabido que el dinero, aparte de mover el mundo, abona el terreno de las disputas humanas, incluso las amorosas. Y en el caso de la habitualmente tensa relación entre la alcaldesa de San Cibrao, Elisa Nogueira, y el portavoz socialista, Eladio Fernández, ya se preveía que el tono de debate plenario subiría varios decibelios, porque en el orden del día estaba una modificación de créditos, la aprobación de las cuentas del 2007 y una moción socialista pidiendo a la regidora que explicase su gestión y la de su concejala de Cultura para justificar sus sueldos.
Sin embargo en los dos primeros puntos no hubo debate y la chispa saltó antes de la moción por una hábil maniobra de la regidora que endilgó una propuesta -muy similar a la que el PSOE está llevando por los municipios en los que gobierna- con medidas para paliar la crisis. La propuesta del PP, sin embargo va más allá de la simple congelación de sueldos de los corporativos que sugieren los socialistas, y propone la reducción del gasto corriente en todas las partidas que sea posible, salvo en las de ámbito social y aquellas que sirvan para promover la creación de empleo.
El nivel de discusión se elevó hasta el punto de que salieron a relucir Bush, Aznar, Fraga, Felipe González y Zapatero y acabó pasándose de la política internacional a recordatorios personales, según avanzaban los minutos y las mociones. A las críticas socialistas por la nula gestión la alcaldesa achacó al portavoz del PSOE no cumplir con sus obligaciones ni acudir a la consistorial para informarse de los temas e incluso no haber presentado su declaración de bienes e ingresos pese a haber sido requerido para ello. Un extremo que Eladio Fernández justificó en un «olvido».
Entre amenazas de expulsión por un lado y acusaciones de cometer fraudes de ley por otro, ninguno de los dos se dieron por aludidos cuando el recién estrenado concejal nacionalista, Miguel Álvarez sugirió ir más allá y rebajar lo que todos los concejales cobran por asistir a plenos y comisiones. Para el representante del BNG «cando neste concello hai xente que cobra pouco máis de trescentos euros de pensión, é bochornoso que nós cobremos por vir aquí hoxe 250». El argumento es abrumador, pero cayó en desierto.