Una veintena de mujeres decidieron unirse para crear su propio coro con el que dar la réplica a la agrupación masculina que funciona desde hace años en el municipio
14 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.«Antes eles non nos quixeron a nós, e ahora nós non os queremos a eles». Con esta sentencia, y entre risas, explican las integrantes del nuevo coro de Allariz la integración exclusivamente femenina. Se refieren al coro Amigos de Allariz, creado hace ya algunos años y exclusivamente masculino. «E ahora que se preparen, porque en pouco tempo comémoslle as papas porque imos ser mellor ca eles», advierte Pilar Costa.
La aventura comenzó el pasado otoño, cuando algunas de las habituales usuarias del Fogar do Maior plantearon al Concello como idea para actividades del centro, crear un coro.
En principio, según cuentan, no pretendía ser una agrupación exclusivamente femenina, pero se dio la circunstancia de que no se anotó ningún hombre y sí un buen número de mujeres a las que les gustaba cantar pero que, dado que el único coro existente era masculino, se limitaban a participar en los grupos que cantaban en los oficios religiosos de varias parroquias alaricanas «aínda que un coro destes é distinto», matiza María Babarro, que pertenece a una familia con mucha afición porque además de ella están sus hermanas Luisa y Milagros.
Algunas tienen incluso experiencia en otras corales de la provincia. Es el caso de Olga Estévez, a la que las demás califican como «unha das armadanzas» cantó 16 años en el Orfeón de Ourense, o de Pilar Costa que cantó en el coro San Antonio de Ribadavia.
Pero la mayoría confiesa que sólo ha cantado en reuniones familiares o de amigos «e claro empezamos facendo o baixo e pasámonos ó alto» comenta entre risas Rosa Feijóo. Afortunadamente unas se apoyan e otras y siempre hay quien, como Ramona Pérez, luce su versatilidad y sirve «para unha primeira ou para un baixo, para o que faga falta»
Ensayan una vez por semana, todos los martes y, aunque se quejan de que el profesor «nos fai traballar duro, porque xa andamos a tres voces», también coinciden en calificar a Santiago González como «o santo Job, que ten con nós una paciencia infinita para ser tan noviño».