La alianza con la fortuna del bombo volvió a dar la espalda al Celta. Ni rival asequible, ni equipo que prometa el reventón en Balaídos. O, lo que es peor, la impresión de un esfuerzo más para una batalla perdida a priori que no dará beneficios. El Villarreal será el rival para los vigueses en una eliminatoria que se disputará primero en Balaídos, el día de Reyes, con la vuelta en El Madrigal una semana después.
«No estamos para hablar del Villarreal, ni para pensar en otra cosa que no sea el partido del próximo sábado. Cuando llegue nos lo tomaremos en serio e intentaremos pasar. Tenemos que estar a lo que tenemos que estar que es ganar en Girona», reconocía Roberto Lago.
Y es que el sorteo no ha despistado al plantel, ni le ha permitido una leve sonrisa. «Estamos mal en Liga y nuestro objetivo claro debe ser ese. La Copa es un estímulo para el futbolista, para sumar partidos. Ahora que nos haya tocado el Villarreal o que prefiriéramos otro rival es lo de menos, a mí sinceramente me da igual», añadía el de O Calvario.
Esa apatía fue generalizada, aunque se reconocen los méritos del rival. «Es un gran equipo, que hace nada estaba en Champions. Tampoco hay que perder demasiada energía en ese partido que será después de Navidad. Nos motiva pero tenemos cosas que nos atañen mucho más cerca. Estamos en una situación difícil, no hay que esconderse de nada, y hay que pensar en Girona, Girona y Girona», añadía Cristian Bustos.
Desde el cuadro técnico, Eusebio prefirió no analizar la eliminatoria. Lo hizo su segundo. «No habíamos valorado cuál era la mejor opción. Es un equipo con jugadores de muchísimo nivel, la mayoría internacionales, y solo con ver el filial que tiene ya nos damos cuenta de qué equipo tendremos enfrente. Puede ser un partido bonito para disfrutar, pero no ahora. Si les ganamos, hasta les vacilarán los chicos del filial», reconocía Carlos Hugo García Bayón. Y es que el segundo equipo de los castellonenses apuntilló a los de Eusebio en su visita a Balaídos hace diez días.
Ángel, feliz por volver a Vigo
La eliminatoria permitirá la vuelta a casa del vigués Jonathan Pereira o el reencuentro con el que fue su club para Ángel López. «No he tenido la suerte de volver a Balaídos desde que me fui de allí y me hace mucha ilusión poder volver y jugar frente al Celta», admitió el lateral.