Hará unos 30 años, el representante de una orquesta negociaba con una comisión de fiestas para cerrar una verbena en un pueblo de Ourense. Los de la comisión le decían que ya tenían medio contratada a otra formación, una donde tocaban los veteranos hermanos Cudeiro. Cuando el representante de la otra orquesta escuchó aquello, les espetó: «¿Pero cómo vades contratar os irmaus Cudeiro ca edad que teñen? Aos Irmaus Cudeiro, caldiños quentes e a cama». Aunque a aquella pareja aún le quedaba cuerda para rato, no se puede decir lo mismo de todos los artistas.
Recuerdo la inauguración del Auditorio de Ourense, le pagaron un pastón a un acabado José Carreras que no estaba para dar los mínimos decibelios de tenor ni con un megáfono. Por eso cuando anunciaron el concierto de Leonard Cohen en Ourense, me dije «¿O Cohen en concerto? ese, caldiño quentes e a cama». Tenía que salir de dudas, así que contacté con el mayor experto de Cohen en la ciudad, hablamos del letrado y músico Miguel Caride, que me dijo que para nada estaba acabado (no él, sino Cohen), que su banda era potentísima, y que era un lujo que tocase en el Paco Paz. Les seré sincero, estas palabras me dolieron, porque yo quería criticar el concierto. Ya que no podía cuestionar la calidad, examiné los números y... ¡Eureka! De los 300.000 euros que cuesta el evento, el Xacobeo pondrá 200.000 euros y la Diputación 100.000, aunque ésta espera recaudar 60.000 euros en entradas (el 20% del total).
Si la Xunta despilfarra nuestro dinero, mejor que algo caiga por nuestra provincia, no siempre se va a quedar en Santiago, ahora bien ¿a dónde vamos gastando el dinero así? En algunas sociedades, como en la norteamericana, se debate largamente sobre si los impuestos de todos sus ciudadanos deben o no pagar las facturas médicas de los desfavorecidos. Desde luego lo que en EEUU considerarían una broma, es que el dinero de todos, se usase para pagar el 80% del coste de los conciertos.