Han empezado los incendios y tendremos que aguantar la cantinela de todos los años. Los populistas y los social-burócratas nos dirán, como siempre, lo de las tramas, la intencionalidad, etcétera. Basura ideológica para mantener el statu-quo de la vagancia y el dolce far niente de la desidia y el abandono. Por las rendijas de los menesterosos se cuelan los golfos para que nada se mueva.
Los culpables y responsables son ellos. En 35 años se han cargado a 100.000 vecinos del censo de la provincia. Vecinos que se tuvieron que ir para que no los hiciesen pavesas.
El medio rural es un espacio de futuro, innovación y nuevas tecnologías. Hace días publicaba La Voz la muerte de un anciano de 89 años al volcar su tractor; muerte cruel, muerte estúpida. Exigimos la tierra para trabajar y no para los apagafentos. Que la concentren y que tenga dueños: transformaremos las brasas en proteínas. Ourense o es tierra o seguirá sin ser nada; nuestros hijos tienen el deber y el derecho de vivir y trabajar en su tribu. Malditos los responsables de que nuestros descendientes tengan que vivir en la diáspora mientras calcinan nuestras fincas para negocio de unos pocos. ¡Hacen negocio hasta con el fuego!
Aviso, como Ourense siga ardiendo a este ritmo, al tercer Baltar no llegamos.