Las bolsas europeas cerraron ayer la semana con caídas moderadas pero generalizadas después del decepcionante discurso de Ben Bernanke, que no concretó las medidas de estímulo que podrían adoptarse para animar la debilitada economía estadounidense. Los parqués del Viejo Continente, que el jueves ya se hundieron en cadena, cerraban en rojo otra sesión dominada por el nerviosismo.
A las palabras del presidente de la Fed se unía un decepcionante dato del PIB estadounidense del primer trimestre del año, que creció a un ritmo anual del 1 %, de acuerdo con la segunda revisión del Departamento de Comercio, que rebajó sus cálculos iniciales en tres décimas.
El parqué español lideró las pérdidas en Europa: el Ibex 35 cerró el día con un retroceso del 1,37 %, perdiendo así de vista el nivel de los 8.200 puntos. Después de cuatro semanas a la baja, las pérdidas anuales alcanzan ya el 16,98 %
Fráncfort retrocedió un 0,84 %, para situarse en los 5.537,48 puntos, por encima, no obstante, de la marca psicológica de los 5.500 puntos, que perdió durante los momentos más duros del día, cuando su caída llegó a ser del 3 %. El resto de las plazas europeas también concluyeron a la baja: París bajó un 1,01 % y Milán, un 0,97 %. Londres fue la mejor. Allí el recorte se quedó en un leve 0,02 %.