«El ahorro emigrante hizo grande a la caja de ahorros»

antonio nespereira OURENSE / LA VOZ

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Jubilado de la entidad, Antonio Sabas Seoane aún cultiva sus aficiones, entre ellas los coches

26 sep 2011 . Actualizado a las 10:38 h.

No se cansa de proclamar a los cuatro vientos lo feliz que se siente como jubilado. Antonio Sabas Seoane (Ourense, 1950) lleva unos meses en dique seco después de haberle dedicado 36 años a Caixa Ourense primero y a Caixanova, después. «Estoy más ocupado que nunca», aclara, pero ya no bajo la presión laboral. Forma parte del contingente de prejubilados de Novacaixagalicia y al mirar atrás, agradecido, reconoce que «entrar en la caja marcó mi vida, entré con 24 años y ganabas un sueldo muy bueno». Pero la felicidad no es eterna y la entidad, «que era una familia», dejó de serlo «con la fusión con Caixavigo». Con todo, goza de la amistad de muchos compañeros de todas las procedencias.

La entidad financiera ha hecho correr ríos de tinta en los últimos meses. Antonio Sabas tiene su propia opinión, sin dejar de reconocer que «las cajas están muy politizadas», afirmación que seguro comparten muchos. En la mirada retrospectiva se acuerda de cuando «Caixa Ourense ayudó mucho a los ourensanos», sin dejar de reconocer que «el ahorro emigrante hizo grande» a la extinta caja en una época en la que fluía el dinero de la diáspora. Aún hoy cree que la vieja entidad «podría seguir siendo solvente», añadiendo que «si no se hubiese muerto David Ferrer, el presidente, no habría fusión».

Pero la historia está escrita y el futuro, por escribir. Sabas dejó atrás su paso por la entidad en la sucursal de Sáez Díez, curiosamente en la zona en la que vivió algún tiempo y jugó de niño. Ese es uno de sus rincones y desde él evoca sus primeros pasos en la capital cuando a los 10 años regresa de Lugo, donde su padre era el gerente de Tobaris. Su progenitor también sería el responsable de la misma firma en Ourense, un histórico comercio del Paseo.

Antonio Sabas no orientó su vida laboral hacia el comercio, pese a los antecedentes familiares. Eso sí, echó una mano en Tobaris y, cuando cerró, reconoce haber sentido «mucha añoranza». Buscando en sus antecedentes familiares encontramos a su abuelo que tuvo un taller mecánico y a tres de sus tíos que se vincularon al mundo del automóvil. Sabas también lleva en los genes la misma afición.

Fue uno de los fundadores de Escudería Ourense en tiempos de Reverter, «el verdadero impulsor del automovilismo» en la provincia. Hizo sus pinitos en algunas pruebas «cuando tenías un coche de calle, le ponías las barras antivuelco y a correr». Amó la velocidad pero deja en «las locuras de juventud» algunos excesos. El mundo del motor le llevó también a entrar en contacto con los medios de comunicación, aunque también cultivó otras facetas deportivas: baloncesto, balonmano o futbol sala. Ahora, es espectador, pero el que tuvo, seguro que retuvo.