Dedicó 35 años a Caja Rural y evoca la figura del fundador de Coren
12 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Los detalles que enumera de su vida son prolijos, perfectos para un libro de memorias, pero incompatibles con la concreción periodística. Algunas pinceladas vitales de José Manuel Martínez Domínguez (A Mezquita, 1936) revelan una persona dinámica, muy activa y agradecida con sus recuerdos. Agradecido a las enseñanzas que recibió en Cisneros cuando niño, pese a que recuerda a un encargado del internado que andaba con un látigo para poner orden. Recuerda, como no, la mili en Melilla, un destino infernal para muchos de sus contemporáneos, que en él no causó mella.
Recuerda, en fin, sus andaduras profesionales que arrancan en 1964 en UTECO (aquel germen de la Coren de hoy) «que ya tenía de aquellas cerca de cincuenta granjas de pollos». Por supuesto, también viene a su memoria su ingreso en Caja Rural en 1967 «donde estuve en cuentas corrientes y como comercial durante 35 años». José Manuel se desarrolló profesionalmente a la sombra de Franqueira, aquel hombre que aún no estudian adecuadamente los escolares ourensanos de hoy. Destaca de él, entre otras virtudes, «que era un hombre bueno, con una gran vista empresarial, aunque en política se aprovecharon muchos de él, pero eso pasa siempre y es mejor olvidarlo». Por resumir en una frase lo que para él significó el fundador de Coren, José Manuel dice que «Franqueira fue un personaje histórico que será irrepetible, con grandes cualidades comerciales y una gran capacidad para entender la personalidad del gallego».
En la actualidad la cooperativa está en manos de Manuel Gómez-Franqueira, hijo del fundador, en quien percibe virtudes ejecutivas «porque está cumpliendo bien», dice. Espera que la sociedad ourensana analice bien la importancia de Coren porque, según él, «Ourense le debe mucho porque ya en mis tiempos había 5.000 familias viviendo de Coren». Es lógico por lo tanto que la cooperativa sea el rincón de José Manuel, al menos emocional, aunque no sea un rincón físico.
Su tarea en Caja Rural le hizo feliz, una entidad a la que debe mucho, aunque matiza: «Sí, pero también le di mucho». Aquella caja quedó diluida en Caixa Galicia en los 80 y lamenta que las fusiones «las paguen los trabajadores y es una pena que empleados competentes se vayan por edad». Por cierto, a él la edad no le es obstáculo para casi nada: hace deporte y estudia en la Universidad para mayores desde el 2002. En su poder están los ciclos de iniciación y especialización. «Me gusta aprender», resume, aunque lo pasó mal al principio. Ahora, con una vitalidad contagiosa y agradeciendo los ánimos que le dieron los profesores, proclama: «De la Universidad no me echa nadie».
José Manuel Martínez Domínguez.
Jubilado de Caja Rural
Franqueira y su obra es una de sus referencias, sobre todo por haber fundado Coren e impulsado Caja Rural, en la que José Manuel trabajó 35 años.