En los planes inmediatos del alcalde de Ourense no entraba retirar los bolardos del casco histórico. Tampoco figuraba en la agenda política de Jesús Vázquez dotar un espacio municipal para la tramitación de las inspecciones técnicas de edificios o repulsar la conducta del presidente de la Diputación, José Manuel Baltar. Ni mucho menos tenía pensado establecer medidas de protocolo y transparencia para las invitaciones que los diferentes colectivos le hacen. Sin embargo, lo tendrá que realizar. Es el peaje a pagar por gobernar en minoría y comprobar como la oposición se une con más frecuencia de la que le gustaría para retorcer la aritmética y lograr acuerdos que hace meses parecían imposibles para dejar al gobierno popular en fuera de juego.
Una de las uniones más recurrentes en los últimos plenos de Ourense es la de DO y PSOE. Ayer presentaron conjuntamente una moción para pedir explicaciones sobre la supuesta desaparición de invitaciones a los magostos. Acusaron Jácome y Barquero al alcalde de escatimarles los convites de diferentes colectivos vecinales. «Desde que lo denunciamos en la prensa aparecieron nueve invitaciones», se quejó Jácome. El líder socialista también incidió en que llegaron proposiciones que no se transmitieron a la corporación. «Se creen que el Concello es su cortijo particular». El alcalde, sin embargo, solo reconoció un error en el magosto de Palmés y ya entró en juego el ego particular de a ver a quién invitan más o menos los diferentes colectivos.
La oposición fuerza la petición de dimisión a José Manuel Baltar
Uno de los momentos más tensos del último pleno del año se dio, como era de esperar, en una moción conjunta de los tres grupos de la oposición para exigir la dimisión del presidente de la Diputación, José Manuel Baltar, a raíz de la denuncia de una mujer que le acusa de ofrecerle un puesto de trabajo a cambio de sexo. La oposición le impuso al gobierno en minoría del PP la aprobación «con contundencia» de este punto. «Es un clamor en la provincia», aseguró la socialista, Juana Ageitos. En la misma línea se expresó la edila de Democracia Ourensana, Isabel Rebanales, que elevó a «lacra» la actuación del presidente provincial. Desde Ourense en Común, Ledicia Piñeiro, calificó lo denunciado como «unha máis do clan Baltar». Los populares, por su parte, votaron en contra y calificaron la propuesta de «cortina de fume». El alcalde se negó, pese a la petición de PSOE y DO, a ofrecer su visión del caso Baltar.