«El comercio es psicología»

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Rosario González ha pasado 55 años dedicada a la venta de ropa interior femenina

06 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No quería ni oír hablar de la jubilación. A Rosario González Villanueva siempre le gustó su trabajo en el comercio y todavía se deja caer «a ratitos» por la tienda en la que trabajó 55 años. Aprendió el negocio de la mercería junto a su padre, Francisco González Ledo, con el que estuvo hasta que él se jubiló. «Luego me quedé con dos compañeras y después se incorporó mi hija», cuenta Rosario.

Varela Íntimo es uno de los comercios emblemáticos de la capital, ubicado durante décadas en la esquina de la calle Santo Domingo con Concordia, hasta que el derribo del edificio en cuyo bajo se ubicaba la pequeña tienda donde se vistieron siempre cientos de ourensanas obligó al traslado de local. Pero no se fueron muy lejos, en la calle Santo Domingo siguen estando las dos tiendas de la casa, una especializada en ropa interior masculina y otra en lencería femenina y de niño.

«Contamos con la gran suerte de poder encontrar este local que antes era una perfumería, en el entorno de donde estaba la tienda anterior», explica Rosario. «Aquel local de la esquina era pequeño pero a la gente le gustaba estar achuchada», comenta. En este nuevo, tienen más espacio para exponer las prendas. «Hay más artículos colgados y no se escapa nada. Si tuviésemos mejores tiempos se vendería más, pero las épocas son las que son», se resigna la empresaria.

La sección de mercería hubo que dejarla, explica la protagonista, desde que paulatinamente las modistas de la zona centro fueron dejando esta ocupación. Por lo demás, esta comerciante sigue apostando por proveerse de casas de conocida calidad para los productos que ofrecen a sus clientas. Algunas fábricas han desaparecido, lamenta González, lo que complica más la selección. «Hay que escoger mucho, pero lo que tengo son casas de antes», resume.

Y ahora hay que competir con lo teóricamente más barato de las grandes cadenas multinacionales o el made in China, pero Rosario afirma que sus clientas valoran la calidad: «La gente conoce los artículos y ven que no les han dado fracaso. La gente joven entiende quizás un poco menos, pero también están entrando», reflexiona Rosario. Y el asesoramiento que ofrecen en el comercio es otro valor añadido.

«Después de los años conoces lo que tienes y puedes dar más información. Hay quien lo tiene claro y no necesita ayuda. Pero eso se capta en el cliente. El comercio es psicología», considera esta empresaria. Es algo que aprendió desde pequeña porque desde que terminó el cuarto curso de entonces, con catorce años, estuvo ayudando a sus padres en la mercería González Ledo. «Empecé guardando cosas y fijándome en cómo lo hacían los míos», recuerda. Y así se lo transmitió a su hija Sonia Varela, que se hizo cargo del negocio. «Algo se va contagiando», dice, risueña.

«Las grandes cadenas absorben mucho mercado y no dejan hueco»

Esta última crisis económica ha sido dura. En sus 55 años al frente del mostrador, Rosario ha tenido días mejores y otros no tan buenos. Como en todos los trabajos, matiza. El galardón que recibió en la gala de los Premios Mercurio de la Federación de Comercio de Ourense a finales de noviembre del año pasado le gustó como reconocimiento a su trayectoria, aunque, dice, es «vergonzosa» para ese tipo de actos. «Parece que trabajas y nadie se entera. Hoy quedamos pocos de la época mía. Me da pena que cierren tantos. El pequeño comercio se está manteniendo, que no es poco. Las grandes cadenas absorben mucho mercado, están pendientes de todo y no dejan mucho hueco», observa, primero sobre el premio y, a continuación, sobre la situación actual de los comerciantes ourensanos.

Se crio de pequeña en la avenida de Zamora con sus abuelos, luego su familia se trasladó a la calle Santo Domingo y allí vivieron y abrieron el negocio. En esta bonita calle del casco viejo, una de las de más vida comercial de la ciudad, sigue teniendo su residencia y su tienda Rosario González Villanueva. Afirma que siempre le gustó vivir en la capital y opina que «en general, la ciudad está muy bien».