La Cámara de Comercio pone a la venta sus inmuebles para poder mantenerse

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

La entidad lleva cuatro meses sin pagar sueldos y ya apenas dispone de liquidez

19 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La ley que en el año 2010 suprimió el pago obligatorio de las cuotas por parte de los empresarios para sostener la actividad de las Cámaras de Comercio seguramente fue recibida entonces con alivio por este sector, pero con el paso del tiempo ha demostrado ser un arma letal para algunas de ellas, que ahora tienen serios problemas para dar servicios a esos empresarios.

En esa situación se encuentra la entidad ourensana, que ante la falta de liquidez está buscando fórmulas, casi a la desesperada, para poder mantenerse. Es por ello que los responsables de la Cámara han puesto a la venta las dos sedes de las que disponen. Una de ellas, la principal, es un local situado en el número 30 de la avenida de la Habana, en pleno corazón de la capital de As Burgas. Se trata del buque insignia de la entidad, que ahora está dispuesta a sacrificar su joya de la corona para poder mantenerse a flote. También se busca un comprador para el vivero de empresas, una nave que se sitúa en la Tecnópole, y en la se desarrollan diversos proyectos de negocio. Se trata en los dos casos de propiedades con un importante valor económico.

Ahora mismo la situación de la entidad es complicada y de hecho los trabajadores -quedan dieciséis después de haber llevado a cabo en los últimos años un proceso de reestructuración- llevan ya cuatro meses sin cobrar sus nóminas. Ha pasado más de un año desde que un grupo de empresarios de la capital celebrase un acto de apoyo a esa entidad, ya entonces en situación complicada. Que aquel encuentro se cerrase sin medidas concretas parecía augurar la situación que ahora se vive.

«Hemos hecho un esfuerzo importante, pero no queremos ser mártires» dice el presidente

«A partir de ahora, ya no hay dinero». Así de contundente se muestra Juan Carlos Parada, presidente de la Cámara de Comercio desde diciembre del 2014. Han sido tres años complicados, en los que se ha tratado de buscar soluciones de viabilidad para la entidad, que ha recortado presupuestos y se ha reestructurado, siempre sin dejar de prestar servicios. Y pese a que hasta el momento no se han contraído deudas, más allá de las nóminas de los empleados, el presidente ve complicado el futuro. «Esto es algo que nosotros ya veníamos diciendo desde hace meses, pero hemos visto que no hay voluntad de solucionarlo», advierte Parada, que reconoce que la situación es muy difícil. «Si no logramos desprendernos de propiedades no vamos a conseguir liquidez para que la provincia siga teniendo una cámara saneada», dice. Es consciente de que seguir adelante con la actividad implica necesariamente continuar haciendo recortes de personal, pero ahora mismo no hay dinero para pagar indemnizaciones de trabajadores, algunos de ellos de mucha antigüedad. «Se han ido haciendo ajustes, pero ya no tenemos de donde recortar».

Aunque la campaña de captación de abonados entre las empresas de la provincia no resultó del todo fallida, las cuotas que pagan estas compañías no son suficientes para sostener la actividad de una entidad que maneja proyectos de formación de varios millones de euros. Cree, sobre este punto, Juan Carlos Parada, que la administración también debe tomar partido para garantizar la supervivencia. «Ahora mismo las cámaras están inmersas en procesos electorales previstos para la primavera del año que viene, pero nosotros no vamos a llegar hasta esa fecha», teme el líder cameral, que lamenta que «para esto no haya recursos».

Destaca Parada la unión y el apoyo que están demostrando tanto empleados como miembros de la junta directiva de la cámara, y asegura que seguirán intentando buscar soluciones, pero no descarta que, si estas no llegan, tengan que seguir los pasos que antes tomaron Lugo y Ferrol. «La Xunta es el órgano tutelante y tendrá que asumir la dirección y nombrar una comisión gestora», explica el presidente. Antes tendría que producirse la dimisión en bloque de la directiva, algo que, por ahora, no tiene fecha. «Nosotros hemos hecho un esfuerzo importante, pero no queremos ser mártires», advierte.

En Ferrol está en liquidación y en Lugo apenas tiene ya actividad

La Cámara de Comercio de Ourense no es la primera en Galicia que tiene problemas económicos a raíz de la supresión del pago de cuotas obligatorias, pero si las cosas no se solucionan, el futuro se pinta muy negro.

En Galicia la primera entidad en mostrar debilidad fue la de Ferrol, que ahora mismo se encuentra inmersa en un proceso de liquidación, al que se vio abocada a finales del 2011. Entonces la mayoría del pleno de la corporación presentó su dimisión en bloque ante la imposibilidad de hacer frente a la devolución del crédito que le había concedido el Ministerio de Industria para la construcción de un edificio en el puerto exterior de Caneliñas para albergar un vivero de empresas. Se calcula que la deuda que había contraído superaba los seis millones de euros. Hace apenas unas semanas Abanca se ha hecho con su edificio principal.

En Lugo la existencia de la Cámara es casi testimonial. Tras perder sus dos edificios, uno de las cuales está pendiente de subasta en el juzgado, la entidad se quedó sin bienes y los veinticinco trabajadores que tenía pidieron la extinción de sus contratos. Ahora la sede está en las oficinas de la Confederación de Empresarios de Lugo y sus competencias las asume el personal de esta entidad, gracias a un convenio. Su actividad se limita casi en exclusiva a la realización de certificados de exportación.

Las consecuencias

La pérdida de la Cámara de COmercio tendrá consecuencias para los empresarios y supondrá para la provincia la imposibilidad de contar con muchos servicios. Este año, de hecho, ya se han perdido acciones formativas por valor de dos millones de euros debido a la falta de tesorería para poder asumirlos.