Velutinas

Fina Ulloa
Fina Ulloa RECANTO

OURENSE

16 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tengo un amigo que estos días anda enfadado con todos los que conformamos esta sacrosanta profesión. Nos culpa de fomentar la estupidez humana y de alimentar a una sociedad pusilánime; esto es -según la RAE- falta de valor para emprender acciones, enfrentarse a peligros o dificultades o soportar desgracias. Y todo ello por culpa de la vespa velutina, o avispa asiática. Resulta que él trabaja en lo que ahora llaman GES (grupos de emergencias supramunicipais) y andan los pobres a la carrera sofocando la histeria provocada por avistamientos de este o de cualquier otro bicho volante de aspecto parecido. Mi amigo habla mucho y muy rápido; así que soporto estoicamente una lección concentrada sobre las nulas diferencias que hay para cualquier mortal ser picado por esta avispa o por la véspula germánica -nuestra avispa autóctona-, o por el avispón europeo, o incluso por una abeja si resulta que eres alérgico al veneno de los himenópteros; grupo de insectos al que pertenecen todos ellos. Defiendo al gremio explicándole que eso mismo se ha publicado muchas veces en boca de expertos sanitarios y biólogos, pero mi amigo ya está en barrena. Se lamenta de que le haya tocado en suerte vivir en una sociedad tan a espaldas de la naturaleza que necesita convertir en alertas de colorines cualquier subida del termómetro veraniego por encima de los 30 grados, o las borrascas invernales de toda la vida, para conseguir lo que nuestros abuelos hacían por simple sentido común. A saber: evitar el sol, buscar la sombra y refrescarse en verano y no andar por los caminos cuando arrecia el temporal. Igual algo de razón no le falta.