La fundación Amigos de Galicia inicia una camapaña de recogida de tapones para mejorar la vida de una niña de dos años con diabetes
01 may 2019 . Actualizado a las 16:51 h.Cuando a su hija Noa le diagnosticaron diabetes Manoli Alonso tuvo que dejar de trabajar. «Hace tres años en julio pero sabemos que tiene la enfermedad desde los diecisiete meses. El problema es que al ser tan pequeñita no sabe explicarnos qué le pasa, ni cuando le está bajando o subiendo la glucosa, y hay que estar muy pendiente de ella todo el tiempo pinchándole los deditos», resume la madre sobre el principal problema que acarrea la dolencia para la familia.
La noticia de que Noa necesitaba controlar sus niveles de azúcar llegó después de consultar a diferentes médicos. «En nuestra familia no había antecedentes de diabetes así que ni se nos había pasado por la cabeza que podía sufrirla. Además, la llevamos varias veces al pediatra pero no supo reconocer por qué tenía los síntomas que tenía. Estuvo muy malita y perdió mucho peso hasta que la ingresaron en el Materno Infantil muy grave y descubrieron lo que le sucedía», relata la progenitora.
En la actualidad, la niña cuenta con una bomba que le suministra insulina a su pequeño cuerpo a través de un catéter, evitando tener que pincharla continuamente con agujas para controlar sus niveles de glucosa. Este receptor está sufragado por el Sergas; sin embargo, el monitor que necesita la bomba -y que controlaría sus niveles cada cinco minutos tanto de día como de noche- no está cubierto por el sistema público de salud y su precio asciende a algo más de 3.000 euros. «Con el monitor podríamos verlo todo a través del teléfono móvil, porque nos enviaría los datos actualizados, y nosotros ganaríamos en tranquilidad y ella en independencia. A día de hoy es muy difícil incluso que alguien se encargue de cuidarla con sus antecedentes. Cuando sea más mayor ya podrá hablar y decir que se nota baja o que le está subiendo el azúcar, pero de momento tenemos que controlarlo todo al milímetro», destaca Manoli.
La Fundación Amigos de Galicia ha puesto en marcha una campaña de recogida de tapones (necesitan más de 12.184.200 unidades) para recaudar los fondos necesarios para la adquisición del sistema que le daría un año de vida más independiente a Noa y a sus padres. Un año clave puesto que, en septiembre, la niña empieza el colegio.
Se trata de la segunda iniciativa de este tipo que la entidad social organiza con el mismo objetivo. Recientemente fue Justin, un pequeño de Vilariño de Conso, el que consiguió obtener el sistema de monitorización con los tapones recogidos. «Gracias a este sistema se nos ha simplificado mucho la vida», cuenta su madre, Susana Mato, sobre cómo ha mejorado su día a día.
Los tapones para Noa se pueden entregar en los establecimientos adheridos a la entidad que aparecen en la página www.fundacionamigosdegalicia.org o en las oficinas centrales de la entidad en la avenida de Portugal.