Con dos condenas por incumplir alejamientos, vuelve a un juzgado de Ourense por acosar a la misma víctima
OURENSE
La Fiscalía cree que atosigó a su expareja tras denunciarlo ella
29 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Con dos condenas firmes por quebrantar órdenes de alejamiento y una más por haber cometido un delito de malos tratos, siempre contra la misma víctima, Jonathan D. R. volvió este jueves a la sala de vistas del Juzgado de lo Penal 1 de la capital. Apenas una semana después de que la titular de esta sala le impusiera 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad, por considerar probado que agarró del cuello a su ex novia tras recriminarle que hablara por el móvil con otro chico, este investigado debía responder ante la Justicia, por un presunto acoso. Pero la vista, que ya se aplazó en febrero, tampoco esta vez se pudo celebrar. La abogada de la defensa presentó tres informes periciales extensos, una conducta que no gustó al fiscal del caso, al verse sin tiempo para estudiarlos. Su malestar fue notorio y de hecho acusó a la letrada de «mala fe procesal», pero este no fue el único motivo de suspensión. Tres testigos de la defensa no se presentaron a la vista, al parecer por no haber sido citados, lo que llevó a que finalmente se señalara otra fecha.
Será, si no hay más imprevistos, el 2 de junio cuando el acusado, que se colegió como abogado y fue presidente de una oenegé, responda por unos hechos que podrían acarrearle serias consecuencias penales. Así, la Fiscalía de Ourense, que le imputa un delito de acoso, reclama tres años de cárcel, si bien la acusación particular le atribuye además cargos de violencia física y psíquica y contra la administración de justicia, por los que reclama siete años de reclusión.
Los hechos, tal y como se recogen en los informes del fiscal y la abogada de la víctima, arrancan en abril del 2020. Víctima y acusado habían mantenido desde el 2018 hasta esa fecha una relación durante la cual él la habría sometido «a un absoluto dominio y control». Vigilaba sus relaciones con amigos, sufría episodios de «celotipia» y la maltrató física y psicológicamente, según estas partes, por lo que ella lo dejó. Acudió al juzgado a denunciar, lo que habría motivado que él comenzara a acosarla con llamadas y mensajes para que retirara los cargos. Además, en un «plan para atosigar a la víctima» le envió mensajes de Whatsapp y Telegram pese a que tenía una orden de alejamiento, lo que motivó una condena firme. Sospechan las partes que el investigado llegó a cambiar su lugar de residencia para así coincidir con la víctima, quien debido a esta situación sufrió «un gran desasosiego». Este jueves, en la sala de vistas, ella no pudo contener las lágrimas al saber que, una vez más, el juicio se iba a suspender.