Un agosto de los de antes

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa DESDE MI BARRIO

OURENSE

Labores de extinción en las instalación de Aguas de Sousas
Labores de extinción en las instalación de Aguas de Sousas ALEJANDRO CAMBA

08 ago 2022 . Actualizado a las 23:31 h.

No lo negarán, qué ganas teníamos todos de vivir un verano como los de antes. De antes del maldito bicho me refiero que, por cierto, sigue ahí como se encargan de recordarnos las estadísticas diarias del Sergas con medio millar de ourensanos con la enfermedad activa. Ese calor de julio y de lo que va de agosto. Esas ganas por escaparse a la playa, los que pueden, o refrescarse en las piscinas, los que también pueden y eso que este verano nos lo han puesto un poco más difícil con el gatillazo del parque acuático de Monterrei. Tampoco faltan esas noches calurosas (ahora llamadas tropicales) en que las ventanas parecen cerradas a pesar de estar abiertas de par en par. Muchas ganas había, por su puesto, de recuperar las fiestas gastronómicas, históricas, patronales o de lo que se tercie. Esa retahíla de celebraciones típicamente ourensanas que nos conocemos de memoria como se sabían los clásicos futboleros del fútbol de toda la vida las alineaciones de sus equipos. Este fin de semana toca, entre muchas otras, darse un atracón de pimientos en A Arnoia y Oímbra, al gusto, o de meterse entre pecho y espalda algo un poco más contundente en Muíños. Tampoco son mal plan los farolillos de Celanova y su Ramallosa llena de encanto. Lástima que el verano de los de toda la vida haya traído también a los indeseables incendiarios. Esos no descansaron ni durante la pandemia, pero parece que han vuelto con más ganas de hacer daño. Visto lo que sucedió esta semana en Verín ya no les sirve con cargarse el monte, ya van directamente también a por las personas con focos pegados a las casas.