Una épica victoria ante el Hércules puso a los de O Couto en lo alto de la tabla del curso 97/98 y Fernando Currás explica como lo vivió con solo 19 años
20 oct 2022 . Actualizado a las 02:43 h.Fue un 15 de octubre. El año, 1997. El CD Ourense doblegó 2-0 al Hércules de Alicante en O Couto y se convirtió en líder de la Segunda División española, después de las ocho primeras jornadas. El objetivo era el de la permanencia, pero el inicio de temporada de los futbolistas que dirigía Luis Rodríguez Vaz estaba acaparando titulares en medio país. Venían los ourensanistas de empatar en El Sadar ante Osasuna, después de jugar con un hombre menos, por expulsión de Mornar, desde el minuto 55.
Es uno de los recuerdos de Fernando Currás —actual presidente de la UD Ourense—, que en esa campaña se consolidó por primera vez como titular: «Tenía 19 años y era mi primer año en la plantilla a todos los efectos. Mario Guede me hizo debutar con 16 o 17, pero volví a los juveniles y seguí a lo mío. Teixidó también me alineó algún partido el año anterior en Segunda, pero con Vaz ya hice la pretemporada y me quedé en el equipo. Han pasado 25 años y no recuerdo mucho del partido del Hércules, solo el público y el ambiente del estadio. Habíamos empatado fuera en un campo difícil y colocarnos de primeros fue una de esas circunstancias que se quedan grabadas. Seguramente la gente que fue ese día al estadio tiene una idea más clara, yo solo pensaba en jugar al fútbol, pero ahora sé que esos partidos son especiales, trascienden al tiempo».
En una línea similar se expresó ese mismo día el profesor Vaz (dirigió la Escuela Gallega de Entrenadores durante 40 años). Era quizás de los que mejor entendía la dimensión de lo que hacía su equipo entonces y cuando llegó a la rueda de prensa vaticinó: «Nuestros jugadores son héroes y jabatos, que han conseguido resistir con diez, lo que hace de este día una fecha para recordar y enmarcar». En el resumen que emitió la RTVG podía palparse ese ambiente de gesta que marcó el enfrentamiento.
Y es que el triunfo ante el Hércules fue una de esas muescas épicas que dejó el desaparecido Club Deportivo Ourense en sus más de sesenta años de historia. Quique Estebaranz adelantó a los locales a los 13 minutos, pero el madrileño Mora Expósito comenzó a mostrar una preocupante disparidad de criterio, acumulando tarjetas en un elenco que se quedó con diez hombres en el 25, cuando Darko vio su segunda amarilla. Los levantinos se volcaron, sobre todo en la segunda mitad, pero los de casa no se amilanaron y tuvieron opciones, además de un cabreo considerable, cuando el colegiado pasó por alto un claro derribo a Agustín en el área visitante.
A Currás se le iluminan los ojos: «Nadie olvida el penalti y la expulsión de Vitor Silva en la prolongación. Bizarro hizo una de las suyas y paró el lanzamiento. Aunque nos quedamos con nueve, Tarrío marcó el segundo y eso fue apoteósico, un momento que queda para siempre».
El tristemente desaparecido goleador de Viveiro firmaba su primer tanto en la categoría de plata y sellaba otra página que el ourensanismo construyó a base de esfuerzo y con un talonario que siempre fue justito. La segunda vuelta se le hizo larga en un torneo en el que, además del citado Osasuna, estaban el Sevilla (aún con Monchi de portero), Atlético de Madrid B, Alavés, Levante, Rayo Vallecano, Villarreal, Logroñés, Elche, Las Palmas, Albacete o Eibar, entre otros cualificados rivales.
Junto al joven Fernando, se encontraban un buen número de jugadores locales, muchos pujantes y otros ya con tablas en el balompié nacional, puesto que las mejores generaciones del club siempre lograron resultados excelentes con deportistas de casa. El hoy presidente del club que mantiene el legado ourensanista recuerda esa situación: «Había futbolistas foráneos de mucha calidad que nos ayudaron mucho. Quique Estebaranz marcaba diferencias, el mismo Bizarro en la portería, pero los de casa también estábamos, como el gran Nando, Pichi, Víctor Arias, Modesto, Adolfo y alguno que se me olvidará. Veinticinco años después, quedan lejos esas cotas, pero muchos son los que siguen confiando en que se repitan aquellos éxitos o, al menos, disfrutando de aquellos recuerdos. Lo importante es recordar lo bueno de entonces para volver a aplicarlo, aunque el fútbol ha cambiado mucho».
En lo que seguimos igual es en la pasión que sigue levantando el propio Ourense, con muchos seguidores fieles, en O Couto y lejos de su estadio, cada vez que actúa en la actual Tercera Federación. El tren del fútbol profesional tomó mucha velocidad, pero los buenos recuerdos también son un buen impulso.
«A los 19 años todavía no saboreas ese tipo de partidos»
Fernando Currás debutó aún como juvenil en la Segunda División y participó con el Ourense en cuatro temporadas en esa categoría: «Era una categoría profesional y estaba en el equipo de mi vida, no podía estar mejor. Son momentos que se te quedan grabados, pero a los 19 años todavía no saboreas ese tipo de partidos como el del Hércules, aunque comienzas a percibir lo maravilloso que puede ser el fútbol cuando vienen bien dadas. Ojalá no se pierdan algunos de los valores que imperaban entonces».
El hoy presidente de la UD Ourense continuó su carrera en el Getafe y después varios años en la Segunda B: Gandía, Alcorcón, Jaén y vuelta a casa, antes de marcharse a Melilla, donde colgó las botas y se convirtió en entrenador. Sigue siendo un apasionado del fútbol base, donde nunca deja de echar una mano.
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