
Las pescaderías vendieron mucho más pescado y marisco del que esperaban, mientras que las carnicerías despacharon encargos continuamente
23 dic 2022 . Actualizado a las 19:38 h.La Plaza de Abastos de Ourense se llenó de clientes la víspera de Nochebuena y Navidad. Algunos llegaban a recoger sus encargos y otros a probar suerte mientras ojeaban los precios, pero todos tenían el mismo objetivo: conseguir productos frescos y evitar congelados. Este viernes no había ningún puesto vacío, aunque donde más afluencia había era en las pescaderías, pues el pescado y el marisco son los platos estrella en estas fechas. Luis Fontela, pescadero de la plaza, confesaba que no se imaginaba vender tanto por la crisis: «Pensei que a xente se ía retraer, pero non damos feito. Menos mal que trouxen bastante variedade». En Peixes e Mariscos Cambados opinaban lo mismo: «Vendimos casi todo lo que trajimos, de hecho, el rodaballo lo acabamos enseguida».
Como era de esperar, los precios de los productos más demandados se fueron disparando durante el mes de diciembre hasta llegar a su pico más alto en estos últimos días. «Hai variedades como a lubina ou o rape que teñen o mesmo prezo, pero outras, como o rodaballo ou o lenguado, subiron ata superar os 50 euros o kilo», explicaba Luis. Por no hablar de los percebes, solo aptos para valientes, ya que este producto encabeza el ránking de precios. Un kilo estaba en los 200 euros. Le seguían la cigala y el camarón a 80 euros, la centolla de la ría a 50 y las nécoras a 45. Mientras que aquellos que preferían el producto de concha tenían más suerte, con volandeiras a 18 euros el kilo o almejas por menos de 40 euros.
La carne tampoco puede faltar en las cenas y comidas familiares, el menú tienen que estar adaptado para todos los gustos. El cochinillo, el cordero o el capón eran lo más solicitado, aunque es preciso reservar con antelación. «Ahora estamos repartiendo principalmente encargos, la mayoría de las personas suelen avisarnos de lo que quieren con tiempo para tenerlo preparado», indicaban desde Carnicería Ángel. También fue lo que más aumentaba su precio, pues un capón podía costar hasta 85 euros y el cordero 16 euros el kilo. Para los más rezagados siempre quedaban otras opciones como croca, solomillo de ternera o lomo para asar, con un coste más asequible.
Por su parte, los propios clientes ya se imaginaban que este año marcado por la inflación sus carteras iban a temblar. «Llevamos todo el 2022 con los precios muy altos y ahora en esta última quincena se han puesto por las nubes. A mí no me gusta congelar y es un desmadre total comprar a última hora», apuntaba María Jesús. «La verdad que no he preguntado cuanto costaba cada producto, yo encargué y ahora vengo a recoger. Si no me llevo un susto, aún añadiré alguna cosa más», comentaba Virginia. «Está todo muy caro. Yo normalmente siempre llevo todo fresco pero este año tuve que coger alguna cosa congelada», concluía Mari.
De cara a la Nochevieja y Año Nuevo se prevé que la tendencia de los precios continúe al alza.