Un amigo íntimo lo convenció para comprar coches de lujo muy baratos y acabó estafándole 320.000 euros

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Imagen de archivo de un investigador de la Guardia Civil
Imagen de archivo de un investigador de la Guardia Civil GUARDIA CIVIL

La Guardia Civil ha detenido a un hombre y una mujer vecinos de A Merca como responsables del engaño y busca a otras posibles víctimas

14 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Un hombre y una mujer, ambos vecinos de A Merca, han sido detenidos por agentes de la Guardia Civil como presuntos autores de una estafa que le habría costado a una víctima unos 320.000 euros. En estos momentos la operación sigue abierta y los investigadores no descartan que pueda haber más víctimas de esta pareja de expertos en engañar.

De las pesquisas de este caso se hicieron cargo los agentes del grupo de investigación y atestados del subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Ourense, ante los que ya han prestado declaración los dos investigados. El gancho que utilizaron los acusados para engañar al perjudicado fueron los coches.

Según ha trascendido el hombre ahora investigado era amigo íntimo de la víctima, un empresario de la capital. Esa relación de confianza que había entre ambos le habría abierto las puertas para que se fiara de él a la hora de ofrecerle coches. Al principio todo fue bien. El comprador recibió algún turismo, que según parece luego él también comercializó, y ese mecanismo le hizo fiarse de su contacto, que entonces empezó a buscar objetivos más ambiciosos.

Así, en diversos contactos con su víctima le explicó que sabía de subastas en las que se enajenaban vehículos de alta gama e incluso coches fúnebres por los que podía pujar.  Elegía los vehículos que quería, a través de fotos que el otro le enviaba, y le ingresaba el dinero al estafador, que luego siempre le daba largas.

Todo esto comenzó antes de la pandemia, a principios del 2020, lo que permitió que el timador tuviese una excusa para justificar que los coches nunca llegaran. Se escudaba en las restricciones de movimientos y le iba dando largas al otro, que durante mucho tiempo se mantuvo confiado.

La cosa no quedó ahí. Mientras seguía esperando que llegara el primer pedido de coches, el perjudicado cayó en una segunda trampa tendida por el mismo sospechoso. Este le habló de un amigo que también se dedicaba a lo mismo y con el que podría contactar a través de una plataforma de mensajería.

En realidad, la persona con la que se comunicaba el denunciante era la mujer del estafador, que también lo convenció para que le diera dinero destinado a la compra de más vehículos, e incluso le habló de una buena oportunidad para hacerse con una casa en la playa. Le pidió 20.000 euros por el adelanto para la vivienda y la víctima se los dio. Los turismos nunca llegaron, y la casa cerca del mar ni siquiera existe.