Novais presenta «Semblantes» en el Espacio de Arte Roberto Verino
24 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.«Todos llevamos dentro el cielo y el infierno», Óscar Wilde.
Semblantes es el título escogido por Novais para denominar la exposición que exhibe en el considerado Espacio de Arte del comprometido diseñador ourensano e internacional Roberto Verino. Una colección de 13 pinturas a través de las que traslada su propuesta plástica que, como esquirlas del pentágono, símbolo de su logotipo, se convierten en metáfora de los cinco canales de expresión en los que se mueve la polifacética artista.
Deja la impronta de su singular caligrafía, revisando, actualizando y experimentando a través de un lenguaje sígnico y simbólico delimitado los campos de color por un dibujo preciso y en la sorprendente antítesis de geometría y volumen orgánico, las emociones y sentimientos, descubiertos en los acentos vitalistas y una perspectiva que facilita una mirada frontal a pesar de las yuxtaposiciones de una figuración autorreferente que termina mimetizándose con el paisaje en el tratamiento de la superficie del cuadro concebido como colisión de conceptos, experiencias, utopías, accidentes y afectos.
Son metáforas sus encriptados engranajes que parecen haber congelado el tiempo, el espacio y el movimiento, personajes reflexivos y, sin embargo, dinámicos mecanismos en reposo como aventurando la tensión que precede a la acción, liberando un movimiento en potencia metálico que equilibra masas y vacíos en sus cavidades biseladas y cortantes, turbulencias volcánicas en reposo, fantasías en islas del interior, retazos de alma, paraísos artificiales que surgen como sentimientos en ebullición en el fuego de una ardiente euforia cromática. Novais posee un estilo artístico personal con un discurso narrativo autobiográfico a través de estructuras que dialogan enfrentadas en su propia dualidad entre lo geométrico y lo conceptual, lo lúcido y lo pasional, lo afectivo y emocional que conecta con el subconsciente a través de una red constructiva que despierta nuestra inteligencia emocional con el discurso de vivencias y sensaciones y roza la abstracción en sus perfiles poligonales que enfrenta a la otra forma de carácter surrealista, orgánica y sensual que relaciona, une y aproxima mediante líneas comunicantes que conectan la imagen generada del recuerdo, la memoria y la sensibilidad a través de geometrías de dimensiones superiores a lo real, un manual de paisajes íntimos, cartografía del interior con un paisaje edificado a través de estructuras sólidas, fruto de un esquema de planificación mental y con una capacidad singular para expresar los estados psicológicos como una radiografía de alma y carácter, como en Diálogo, Miradas o No quiero mundo.
Rostros partidos, presencias múltiples, redoblamiento del rostro de los personajes que se reduplican y simultanean con fervor cubista, enfrentando a la vez rostros de frente, de perfil y en movimiento. Propone al espectador una reflexión intimista a través de un recorrido plástico en el que intereses y elementos injieren en las distintas apreciaciones, bifurcaciones e interferencias, respondiendo a la imagen de un código cultural ecléctico en la convivencia de lo público con lo privado e íntimo; de lo doméstico y lo extraño a través de la superposición de capas en una superficie que se consolida como cuenca de sedimentación de experiencias, dialogando con la saturación, composición, estructura, ritmo, forma y movimiento así como indagando en los mecanismos intelectuales y psicoemocionales que transfieren información afectiva a estas herramientas expresivas con una secuenciación que favorece el carácter expresivo de una narración abierta.
Los arabescos que estructuran los espacios se expanden, ampliados por otras formas y estímulos que reproduce en un enjambre floral de crecimiento vegetativo como base estructural de planos yuxtapuestos en alteraciones e interrupciones de elementos figurativos y abstractos, líneas de perfiles oxidados y manchas experimentales y que se aproxima en la dilatación y la síntesis de líneas y conceptos a la abstracción, dejando impresa la huella del dibujo en composiciones de carácter lírico, un código formado por capas encriptadas de imágenes fragmentadas, alteradas por la memoria en su estructura como contorno y mancha cálida, orgánica que interfiere como punto de vista múltiple,
Irrumpe en expresiones de marcado carácter ornamental un segundo nivel de contenido, tornándose en conceptuales mediante la activación del elemento cotidiano como signo, rescatando las consideraciones individuales y el recuerdo que este elemento suscita.